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febrero 11, 2016

Síndrome de estrés tibial medial, o periostitis tibial

Nos gusta correr

El aumento de corredores durante estos últimos años ha sido algo espectacular. Cada vez más gente se suma a la ‘’ola del running’’, especialmente aquí en Valencia, donde carreras populares como las organizadas por el circuito divina pastora se han visto acogidas por 52.618 participantes a lo largo de las 10 pruebas llevadas a cabo durante todo el 2015. Y 2016 no se queda atrás, en la 10K Divina Pastora Valencia de este enero, han sido casi 14.000 los corredores que han querido formar parte de esta prueba, frente a los 11.000 del año pasado. Pero 2016 no sólo ha conseguido records de participación; los 1.000 primeros dorsales de la Maratón de Valencia de este año se han agotado este 2 de febrero en menos de 60 minutos, dato histórico hasta el momento.

Claramente corremos más, y como consecuencia de ello, son más los corredores lesionados que ocupan las clínicas de Fisioterapia. No es de extrañar, teniendo en cuenta que entre el 60 y el 80% de las lesiones de miembro inferior son causadas por un uso excesivo. Dentro de esos porcentajes, una de las lesiones más frecuente es el síndrome de estrés medial de la tibia (SEMT), más popularmente conocido, pese a la incorrección del término, como “periostitis tibial”.

 

Síndrome de Estrés Tibial Medial, o periostitis tibial

El SEMT se puede definir como ‘’sensación de dolor a lo largo del tercio medial-distal del borde posteromedial de la tibia’’. Esta sensación de dolor suele mejorar con el reposo y agravarse cuando hacemos ejercicio o cuando palpamos la zona.

¿Por qué se produce el Síndrome de Estrés Tibial Medial?

El por qué de está patología todavía no esta claro. No obstante hay varias hipótesis que intentan justificar el SEMT.

La primera hipótesis defiende que el dolor se produce por la tracción que provocan los tejidos blandos (principalmente los músculos sóleo, tibial posterior y flexor largo de los dedos) sobre el periostio. Sin embargo, estudios realizados en cadáver le han quitado relevancia a esta primera hipótesis planteada ya que no se ha visto una relación directa entre la zona de inserción de la musculatura en la tibia y la zona donde se reproduce el dolor.

Otra de las hipótesis más estudiadas es la que defiende el hecho de que el SEMT se corresponde con una lesión del propio hueso debido a los momentos de flexión de la tibia durante la carrera o el salto. Estos momentos de flexión tienen mayor incidencia en la zona de unión entre el tercio medial y distal de la tibia, que además es la parte más estrecha del hueso y se relaciona con la zona de dolor. Si las cargas de entrenamiento exceden las capacidades del hueso, éste no es capaz de reparar y se produce la lesión. Haciendo caso a esta teoría, la evolución lógica del SEMT sería una fractura por estrés medial de la tibia (FEMT), pero no necesariamente están relacionados.

Otras hipótesis intentan darle un por qué a esta lesión, pero ninguna de ellas es concluyente.

Factores de riesgo

Hay distintos factores que favorecen la aparición del SEMT:

  • exceso de pronación: en relación con la biomecánica de la pisada
  • mujeres: el descenso de niveles de estrógenos está relacionado con la pérdida de densidad del hueso (atendiendo a la plausibilidad de la segunda hipótesis expuesta)
  • mayor índice de masa corporal: el peso influye en el estrés al que sometemos a nuestra tibia
  • geometría ósea: una tibia más estrecha y una pierna más fina puede favorecer la lesión
  • factores extrínsecos: la situación del terreno, una mala dosificación del entrenamiento o las zapatillas también pueden influir en la aparición del SEMT

Qué hacer para evitar el Síndrome de Estrés Tibial Medial

A pesar de que las causas por las que se produce esta patología no estén del todo claras, si que existe una relación directa entre su aparición y la cantidad y la calidad de nuestros entrenamientos, ya que se trata de una lesión por sobreuso.

La mejor manera de prevenir esta situación es llevando a cabo un entrenamiento coherente, si es necesario guiado por profesionales, y evitando saltarnos los plazos de adaptación que tiene nuestro cuerpo al ejercicio. Además de un entrenamiento adecuado, una buena alimentación que nos permita evitar el sobrepeso y una correcta selección de nuestro calzado, son herramientas que van a ayudarnos a mejorar nuestra experiencia como corredores.

En el caso de empezar a reproducir síntomas, como es el dolor a lo largo del tercio medio-distal de la tibia asociado al ejercicio o a la palpación, lo mejor es descansar y acudir a un especialista si la clínica no remite.

No existen normas generales ni soluciones universales para todo corredor con síndrome de estrés medial de la tibia, y un estudio individualizado de cada caso es preciso para una buena gestión de su tratamiento.

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Por cierto, si eres de los que todavía no corre y estás pensando en empezar, aquí tienes unos entrenamientos que podrían ayudarte en tus comienzos como runner:

Readaptación y Entrenamiento

 

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