Pierna de tenis o «Tennis leg»
La lesión conocida como pierna de tenis o tennis leg corresponde a la rotura muscular del gemelo interno. Esta lesión se sitúa en la cara interna de la pierna. En concreto en la zona de inserción distal del gemelo interno en el soleo, cerca del tendón de Aquiles. De hecho, en ocasiones se confunde con la rotura del tendón de Aquiles. Curiosamente, y pese a su mayor gravedad, la rotura del tendón de Aquiles muchas veces duele menos que la rotura del gemelo interno.
El momento de la rotura muscular suele dejar huella en el lesionado.
Generalmente se trata de tenistas aficionados, que en una arrancada, sienten un dolor agudo en la pantorrilla. Es determinante la combinación súbita de extensión de la rodilla y la dorsiflexión forzada del tobillo. Notan como si alguien les hubiera lanzado una pedrada en la pierna. Es habitual que cuenten como se giraron buscando al responsable de tal pedrada. Tras esta situación, conocida como «signo de la pedrada», el tenista se ve obligado a dejar de jugar, por el intenso dolor y la importante impotencia funcional que genera.
Cómo actuar en caso de rotura del gemelo interno o pierna de tenis
Lo más importante es hacer caso al tremendo dolor y parar. Más que nada porque las posibilidades de lesión seria tras un signo de la pedrada son grandes. De hecho, romperse el gemelo no es tan grave, comparado con lo que puede suponer haberse roto el tendón de Aquiles.
Una vez detenida la actividad deportiva, y para evitar aumentar el daño, lo prudente será llamar a ese amigo que todos tenemos y que guarda con esmero sus muletas. Y que de paso traiga el coche para facilitar el transporte. Ayudará aplicar hielo, dejar de mover (y por supuesto de apoyar) el pie, y a ser posible comprimir la zona con un vendaje o pernera.
Y, con estos primeros auxilios hechos, toca acudir a una valoración médica de urgencias. Sobre todo, para descartar la rotura del tendón de Aquiles. Porque en tal caso, el tema será quirúrgico. En caso contrario, si se trata de una rotura del gemelo interno, generalmente la mejor opción será el tratamiento conservador. Entre 3 y 8 semanas de fisioterapia por delante.
Tratamiento de la «pierna de tenis»
Un músculo roto debe cicatrizar. Y esto, guste más o guste menos, lleva sus plazos. Así que paciencia. El control de la evolución de la lesión se llevará mediante un esmerado seguimiento de la clínica del paciente. El estudio ecográfico puede ayudar a valorar la evolución del hematoma y la cicatrización de la rotura. También a advertir indicios de procesos indeseables de resolución de la rotura, como el encapsulamiento del hematoma, la miositis osificante o la trombosis venosa profunda. De hecho, en ocasiones (10%) la trombosis venosa profunda es en realidad el problema, enmascarando una rotura muscular.
Durante el proceso, resulta necesario una observación de las capacidades funcionales del paciente. Ir avanzando con prudencia en la recuperación del edema, la capacidad de estiramiento, de contracción, y en definitiva, la función no sólo del gemelo, sino de todo el tren inferior. Y, poco a poco, aproximarse a la función requerida. La actividad deportiva será la meta final del tratamiento.
Todos estos pasos deben ser controlados estrictamente por el fisioterapeuta, encargado de devolver el jugador al entrenador deportivo en condiciones óptimas para la reincorporación a su actividad.