La rótula, un hueso sesamoideo
Además de todos los huesos de sobra conocidos que componen nuestro esqueleto, existen huesos más pequeños y desconocidos que «pueblan» nuestro cuerpo llamados huesos sesamoideos. Éstos suelen ser pequeños, redondeados y están incrustados en los tendones, cubiertos por ellos parcialmente, dejando una superficie libre que forma una articulación.
Probablemente, su función es modificar la presión, disminuir la fricción y ocasionalmente modificar el vector de tracción del músculo. Los huesos sesamoideos no aparecen en función de las exigencias motrices del adulto sino que se pueden observar ya en el feto como pequeños nódulos cartilaginosos.
Los huesos sesamoideos son pequeños, redondeados y se incrustan en el tendón
Alguna de las localizaciones más frecuentes son manos y pies, aunque el más grande y conocido lo encontramos en la rodilla. Hablamos de la «rótula», «patella» o «kneecap» en inglés que está incrustada en el tendón del cuádriceps femoral.
La rótula es el hueso sesamoideo más grande del cuerpo
Rótula y eficacia del cuádriceps
La función principal de la rótula es aumentar la eficacia del cuádriceps, aumentando el brazo de palanca del mecanismo extensor. Para ello, desplaza el tendón de la articulación femoro-tibial durante todo el recorrido articular aumentando el momento de fuerza y su actuación sería algo parecido a lo que podemos observar en la imagen a continuación.
Sin embargo en lugar de funcionar como una polea sobre la que desliza el tendón, es la rótula la que se desliza superiormente durante la extensión quedando alojada en el espacio intercondileo cumpliendo una función similar. Para ello este gran hueso sesamoideo está recubierto de una gruesa capa de tejido cartilaginoso, no inervado ni vascularizado y preparado para cumplir con su misión.
La rótula se encarga de aumentar la eficacia del cuadriceps femoral
Rótula y centralización de fuerzas
Otra función de la rótula es centralizar las fuerzas divergentes provenientes de los cuatro vientres musculares del cuádriceps femoral y trasmitir la tensión desde el fémur sin fricción hasta la tuberosidad tibial. Además la rótula supone un escudo óseo que protege la articulación femorotibial con la rodilla en flexión.
La patelectomía es una intervención quirúrgica que consiste en la extirpación de la rótula. Dicha intervención se popularizó hace años, cuando aún no se comprendía bien la biomecánica de la rótula. Actualmente, con los conocimientos adquiridos la tendencia es a conservar la rótula por todos los medios incluso en fracturas conminutas ya que resulta esencial en la extension de la rodilla tan necesaria en nuestro día a día.
Y como una imagen vale más que mil palabras ahí os dejamos esta: