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agosto 20, 2024

La rizartrosis

¿Qué es la rizartrosis?

La rizartrosis, también conocida como osteoartritis trapezometacarpal, es un proceso degenerativo artrítico que afecta la primera articulación del pulgar, es decir, la que se encuentra entre el hueso trapecio y la base del primer metacarpo. Esta condición es prevalente, especialmente en mujeres postmenopáusicas, y está relacionada con la edad.

La rizartrosis puede causar dolor en la base del pulgar, limitando la fuerza de agarre y dificultando la realización de tareas cotidianas. Inicialmente, el dolor se presenta durante movimientos específicos, pero con el tiempo puede volverse constante, incluso en reposo, lo que afecta la calidad de vida del paciente.

¿A qué se debe la rizartrosis?

La rizartrosis se debe a una combinación de factores que incluyen:

  1. Factores mecánicos: El uso excesivo o el estrés repetitivo en la articulación trapeziometacarpal puede contribuir al desgaste del cartílago y a la degeneración de la articulación. Profesiones que implican una alta actividad manual pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta condición.
  2. Factores hormonales: La rizartrosis es más prevalente en mujeres, especialmente después de la menopausia, lo que sugiere que los cambios hormonales pueden influir en la laxitud de los tejidos y en la estabilidad de la articulación.
  3. Edad: El riesgo de desarrollar rizartrosis aumenta con la edad, alcanzando hasta un 25% en mujeres después de la menopausia. Esto se debe a la disminución de la congruencia articular y a la degeneración natural de los tejidos con el tiempo.
  4. Anatomía y variaciones estructurales: Algunas variaciones anatómicas en la forma del hueso trapezio pueden aumentar la inestabilidad de la articulación, favoreciendo el desarrollo de la rizartrosis.
  5. Condiciones genéticas y enfermedades subyacentes: La rizartrosis también puede ser secundaria a condiciones como la hipermovilidad o enfermedades del tejido conectivo, que pueden predisponer a la degeneración articular.

Estos factores combinados contribuyen al desarrollo de la rizartrosis, afectando la función y la calidad de vida de quienes la padecen.

¿Cómo afecta la rizartrosis en el día a día?

La rizartrosis afecta significativamente la vida diaria y la fuerza de agarre de las personas que la padecen de las siguientes maneras:

  1. Dolor: La rizartrosis se manifiesta como dolor en la base del pulgar, que puede ser inicialmente evocado por movimientos específicos o al realizar actividades que implican estrés mecánico en la articulación. Con el tiempo, el dolor puede volverse constante, incluso en reposo, lo que interfiere con las actividades diarias.
  2. Limitación de la fuerza de agarre: Los pacientes suelen experimentar una disminución en la fuerza de agarre, lo que dificulta la capacidad para sostener objetos pesados o realizar tareas que requieren un agarre firme. Esto puede afectar actividades cotidianas como abrir frascos, escribir, o realizar trabajos manuales.
  3. Dificultades en las actividades diarias: La combinación de dolor y debilidad en el agarre puede hacer que tareas simples, como vestirse, cocinar o realizar actividades de ocio, se vuelvan desafiantes. Esto puede llevar a una reducción en la independencia y en la calidad de vida del paciente.
  4. Rigidez y deformidades: Con el tiempo, la rizartrosis puede causar rigidez en la articulación, especialmente en los movimientos de extensión y abducción del pulgar. En etapas avanzadas, puede llevar a deformidades como el «pulgar en Z», que afecta aún más la funcionalidad del pulgar y, por ende, la capacidad para realizar tareas diarias.
  5. Impacto emocional y psicológico: La limitación funcional y el dolor crónico pueden tener un impacto emocional significativo, llevando a frustración, ansiedad y depresión en algunos pacientes debido a la incapacidad para realizar actividades que antes disfrutaban.

En resumen, la rizartrosis no solo afecta la función física del pulgar, sino que también puede tener repercusiones en la calidad de vida y el bienestar emocional de quienes la padecen.

¿Cuál es el tratamiento para la rizartrosis?

El tratamiento de la rizartrosis puede incluir una combinación de enfoques conservadores y, en casos más severos, intervenciones quirúrgicas. A continuación se detallan las opciones de tratamiento:

Tratamientos Conservadores

  1. Medicamentos:
  • Analgésicos: Medicamentos como el paracetamol pueden ayudar a aliviar el dolor.
  • Antiinflamatorios no esteroides (AINEs): Fármacos como el ibuprofeno pueden reducir la inflamación y el dolor.
  1. Fisioterapia:
  • Ejercicios terapéuticos: Se recomiendan ejercicios para mejorar la fuerza muscular y la estabilidad dinámica de la articulación. Esto puede incluir ejercicios de movilidad y fortalecimiento. En nuestro canal de Instagram puedes encontrar diversas opciones de ejercicios dirigidos a mejorar la estabilidad del pulgar, como este ejemplo.
  • Terapia manual: Técnicas como la movilización neurodinámica y otras modalidades manuales pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar la mecánica articular.
  1. Uso de órtesis:
  • Férulas o soportes: El uso de ortesis puede estabilizar la articulación y reducir el estrés en la misma, lo que ayuda a aliviar el dolor y mejorar la función.
  1. Terapias inyectables:
  • Inyecciones de ácido hialurónico o esteroides: Estas inyecciones pueden proporcionar alivio del dolor y mejorar la función de la mano. Las inyecciones de ácido hialurónico tienden a tener un efecto más duradero.
  1. Modificación de actividades:
  • Adaptaciones en el estilo de vida: Evitar actividades que exacerben el dolor y aprender técnicas para realizar tareas cotidianas de manera que se minimice el estrés en la articulación afectada.

Tratamientos Quirúrgicos

Únicamente cuando los tratamientos conservadores no son efectivos y el dolor es incapacitante, se puede considerar la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen:

  1. Artroscopia: Procedimiento mínimamente invasivo para limpiar la articulación y eliminar tejido dañado.
  2. Osteotomía: Reajuste de los huesos para mejorar la alineación y la función de la articulación.
  3. Artroplastia: Reemplazo de la articulación afectada con una prótesis, en casos severos donde la función de la articulación está gravemente comprometida.

Consideraciones Finales

El tratamiento de la rizartrosis debe ser individualizado, teniendo en cuenta la gravedad de la condición, la edad del paciente, su nivel de actividad y sus preferencias personales. Es importante que los pacientes trabajen en conjunto con su equipo de atención médica, incluyendo principalmente traumatólogo y fisioterapeuta, para desarrollar un plan de tratamiento adecuado que aborde sus necesidades específicas.