La causa predominante del esguince cervical es el accidentes de tráfico. El término «latigazo cervical» se usa genéricamente para denotar el mecanismo de lesión. Un movimiento brusco de aceleración y desaceleración del cuello está detrás de este frecuente cuadro clínico.
Los síntomas más comunes del esguince cervical es el dolor cervical y suboccipital. En ocasiones, el dolor irradia los brazos. Puede estar presente de forma continua o inducido por el movimiento. Curiosamente el dolor de cuello, a veces incluso de la zona lumbar, no aparece inmediatamente después del accidente. Puede retrasarse horas, incluso unos días. Y, muchas veces, se acompaña de reacciones tipo mareo y sensación de inestabilidad.
Signos y síntomas del esguince cervical
Los signos y síntomas asociados con el latigazo cervical incluyen:
- Dolor de cuello: el dolor de cuello puede ser mínimo en el momento del accidente, con la aparición de síntomas durante las siguientes 12-72 horas.
- Cefalea: el dolor de cabeza es un síntoma frecuente de esguince cervical.
- Dolor de hombro, escapulas y/o brazo.
- Trastornos visuales (visión borrosa, visión doble).
- Tinnitus.
- Mareo.
- Conmoción.
- Síntomas neurológicos.
- Dificultad para dormir debido al dolor.
- Concentración y memoria alterada.
- Disfunción vesical o intestinal.
Exploración del paciente tras latigazo cervical
Durante la inspección del paciente, podemos observar una posición de la cabeza hacia adelante, o el cuello flexionado. Los hombros pueden presentarse redondeados, asimetría del cuello o los hombros, e inclinación o rotación del cuello. Al valorar los movimientos, el paciente suele presentar movimientos poco fluidos. Esta rigidez del cuello, junto al adelantamiento de la cabeza, condiciona dificultad para orientar la mirada a los lados.
Las pruebas de imagen pueden ser necesarias para excluir otros diagnósticos y lesiones más extensas. Las radiografías de la columna cervical lateral pueden mostrar enderezamiento o inversión de la curva lordótica normal. Este hallazgo puede representar espasmo de los músculos que estabilizan el cuello, en un intento de protección. No obstante, estos hallazgos pueden verse también en sujetos sanos, así que el envaramiento hay que valorarlo en su contexto clínico. En caso de sospecha de inestabilidad, pueden ser necesarias proyecciones dinámicas en flexión y extensión del cuello.
En general, la resonancia magnética es el mejor estudio de imagen no invasivo y detallado para evaluar el estado de los discos y la médula espinal. También se puede realizar una tomografía computarizada si buscamos una imagen ósea detallada. Puede ser útil si hay sospecha de fractura o inestabilidad.
Tratamiento del esguince cervical
La atención temprana a pacientes con esguince cervical ayuda a prevenir el dolor crónico y la discapacidad. La fisioterapia ofrece medios para reducir el dolor, la inflamación y recuperar la movilidad. Por medio de terapia manual y ejercicio terapéutico, un programa personalizado de tratamiento servirá para prevenir que estos cuadros clínicos se alarguen en exceso.
La terapia manual permite atender las limitaciones mecánicas articulares, la movilización del sistema nervioso, y la analgesia. El ejercicio terapéutico va destinado a mejorar el control motor, la fuerza, la resistencia y la flexibilidad del cuello.
Nos encontramos con un problema que, mal orientado, va a prolongarse en el tiempo de forma innecesaria. Una situación clínica generalmente mal enfocada, con abuso de medidas pasivas como collarín cervical, o tratamientos de fisioterapia basados en aparatoterapia con poco fundamento. Pacientes cuyo contexto terapéutico está más dirigido por seguros, abogados y litigios, que por decisiones médicas basadas en evidencia científica contrastada.
Vamos, problemas que generalmente van mal por estar mal atendidos, y que bien enfocados no requerirían esos plazos tan largos y esa discapacidad asociada tan elevada.