La postura, ¿importante?
Hablaba no hace mucho con un paciente acerca de la importancia de la postura.
En su empresa habían recibido una de esas charlas tan infructuosas en las que les enseñaban cómo sentarse bien y cargar objetos pesados, supuestamente para evitar dolencias de espalda. Le comenté que, acorde a lo que actualmente se iba demostrando, realmente no era algo tan relevante, pero ante su cara de decepción, y respetando lo ilusionado que había entrado al destacar las maravillas de una buena postura, seguimos hablando del tema, aunque por otros derroteros menos biomecánicos.
Fue así como recordé un estudio de la psicóloga social Amy Cuddy, de hace tiempo, que me llamó mucho la atención.
Postura, niveles hormonales y poder
Unos investigadores midieron los niveles hormonales en saliva de testosterona, conocida como la hormona de la dominación, y cortisol, la hormona del estrés. Después invitaron a los sujetos del experimento a permanecer durante 2 minutos en una determinada postura, para medir posteriormente el efecto de ello sobre los deseos de apostar (asumir riesgos) y los niveles, de nuevo, de dichas hormonas.
La biología humana nos enseña que las personas más poderosas, optimistas y habituadas a la toma de decisiones y a asumir riesgos, muestran niveles elevados de testosterona y bajos de cortisol, mientras que las personas menos poderosas, pesimistas y temerosas ante riesgos y situaciones sociales comprometidas, muestra una tendencia hormonal inversa, con bajos niveles de testosterona y elevados de cortisol.
Las posturas relacionadas con el poder son aquellas en las que nos «abrimos», extendiendo y separando las extremidades, mientras que las posturas que presentan las personas poco poderosas son más «cerradas», con las extremidades cruzadas. Las manifestaciones de poder de un corredor que gana una carrera son de, literalmente, grandeza, con elevación de brazos y mirada al cielo; una persona deprimida o socialmente incómoda se hace pequeña agrupandose sobre sí misma, e incluso se toca el cuello y la cara para protegerse del entorno.
Aprovechando estos conocimientos, los investigadores seleccionaron una postura característica de más y otra de menos poder, y tras invitar a los sujetos a permanecer los 2 minutos en una u otra postura, encontraron que aquellos que habían permanecido en una postura de poder, mostraban una tendencia elevada a asumir riesgos y hormonalmente habían elevado su testosterona y reducido su cortisol. El efecto sobre el grupo en la postura de menor poder fue el contrario.
No esta mal la idea de que permanecer un par de minutos en una postura adecuada, de forma anticipada, podría ayudarte a enfrentarte a situaciones como una entrevista de trabajo, una primera cita, una charla en un congreso, o un discurso en una cena.
Hablando de estas y otras cosas mi paciente y yo, nos quedamos satisfechos, y pensativos, con la importancia de la postura.
2 Replies to “Postura y poder”
Me ha parecido muy interesante. Gracias.
Hola Carlos, muy interesante, como nos tienes acostumbrados.
Quería añadir algunos enlaces relacionados con el tema que nos has presentado, vi un documental llamado «La ciencia del estrés» de Nathional Geographic, donde un investigador de la universidad de Stanford, Robert Sapolsky, investigaba los niveles de cortisol en babuinos y lo relacionada con su posición y jerarquía social. No existe ninguna parte donde hable de la postura, pero igualmente, considero que habla muy a fondo sobre estas hormonas, que tienen un peso muy evidente en nuestra sociedad que está también altamente jerarquizada del mismo modo que los babuinos. Creo q puede ser de interés, te dejo el enlace del documental http://youtu.be/KI8qFvnUBCw