Nervio facial, o VII nervio craneal
Este nervio es el encargado de conducir la información necesaria para la motricidad de la mímica, el gusto correspondiente a la parte de delante de la lengua (el gusto captado por el tercio posterior restante lo recibe y conduce el nervio glosofaríngea (IX)) y la sensibilidad de parte de la oreja.
Destaca el nervio facial por su función en relación con la mímica: la cara que ponemos ante la sorpresa, el enfado, la admiración, la tristeza, la sonrisa, los sutiles matices parpebrales que acompañan y decoran la mirada, los guiños y tics que nos delatan al mentir, los besos.
Quizá demasiadas funciones para un único par de nervios.
Parálisis facial
El diagnóstico de una parálisis del nervio facial (también llamada parálisis de Bell) es relativamente sencillo. Podemos llevarlo a cabo observando el pliegue nasolabial, la comisura de los labios y los ángulos de los ojos durante la mímica. La asimetría en el gesto debe llamar la atención y sugerir un examen más detallado.
La parte superior de la cara podemos valorarla pidiendo fruncir el ceño y cerrar los ojos con fuerza: en caso de lesión, una ceja no baja acompañando a su compañera, y un ojo no consigue la oclusión completa. La parte inferior, solicitando una sonrisa, inflar los pómulos y enseñar los dientes: son significativos los signos de debilidad y desviación de la boca hacia el lado afectado.