En una entrada anterior hablamos de la parálisis facial.
La parálisis facial idiopática (de causa desconocida) o de Bell, es la causa más común de parálisis facial periférica. Su incidencia es de 20 a 30 casos por 100 mil personas al año. Otras causas menos frecuentes de parálisis facial periférica son:
- parálisis facial congénita
- neurinoma del nervio acústico
- neoplasias
- causas traumáticas
- infecciones (Herpes Zoster)
Tratamiento de la parálisis facial
El diagnóstico y tratamiento oportuno influyen directamente en el tiempo y grado de recuperación. Este tratamiento se desarrolla a partir de la reeducación muscular. Resulta oportuna la participación del equipo multidisciplinario específico (médico de familia, neurólogo, fisioterapeuta, enfermera, logopeda, en ocasiones incluso trabajador social), del paciente y su familia.
El tratamiento de la parálisis de Bell comienza con la protección ocular (gafas de sol, lubricación mediante lágrimas artificiales, férula oclusora ocular nocturna) y la educación del paciente.
Debemos tener en cuenta que la reducción de la ansiedad va a jugar un papel fundamental en estos casos. Además, la rumorología popular recomienda barbaridades del tipo de mascar chicle y vibradores como medidas terapéuticas mágicas, que en realidad lo que hacen es fatigar la musculatura y ralentizar su recuperación. El paciente debe saber todo esto para empezar con coherencia el tratamiento.
El tratamiento farmacológico inicial es importante, basado en corticosteroides. La combinación aciclovir-prednisona ha demostrado mejorar la recuperación y disminuye la degeneración neural. Es función del médico indicar y dosificar la administración de estos u otros medicamentos.
Fisioterapia y parálisis facial
Nosotros, los fisioterapeutas, somos los encargados de las medidas físicas:
- calor en la hemicara afectada al inicio para mejorar la circulación,
- electroterapia para mejorar el trofismo muscular (una medida que personalmente no encuentro muy apropiada, y cuya eficacia es dudosa a la luz de diversos estudios),
- masaje de relajación de la musculatura afectada,
- reeducación muscular. Es la parte más importante, y podemos diferenciar varias etapas en su aplicación.
Fases de la recuperación de la parálisis facial
- notable asimetría en reposo
- mínimos movimientos voluntarios
- ausencia de sincinesias
- daño funcional severo
En una fase más evolucionada, con un incremento de los movimientos voluntarios y ausencia de sincinesias, buscamos despertar los movimientos faciales activos simétricos, y si con seguridad no aparecen sincinesias, incluso resistidos. Es momento detrabajar la pronunciación de las consonantes y vocales en forma aislada y palabras que favorezcan el músculo orbicular de los labios. El programa de ejercicio se realizará frente a un espejo; es importante mantener la simetría en los movimientos faciales.
Sumados y siguiendo a los anteriores ejercicios de facilitación, es útil realizar ejercicios de control motor. Actuamos sobre todo sobre los músculos que muestran discinesias (movimientos anormales y anárquicos). Músculos que deben colocarse inmediatamente en posición de estiramiento sostenido para inhibirlos. Los músculos propensos a sincinesias o discinesias son los orbiculares. Los ejercicios son técnicas de disociación de la contracción ojo-boca y boca-ojo: durante la contracción de un orbicular, buscamos la contracción controlada del otro.
Las técnicas de relajación pueden acompañar el programa de ejercicio: palmopercusiones a hemicara afectada, ejercicios de relajación tipo Jacobson (contracción sostenida de tres a cinco segundos, seguidas de relajación completa aplicada a músculos faciales específicos)…