diciembre 14, 2015

Neuralgia del trigémino

El nervio trigémino

La neuralgia del trigémino es un cuadro clínico principalmente caracterizado por el dolor neuropático en la cara, en relación con la afectación del nervio trigémino.

El nervio trigémino, o quinto par craneal, se encarga de la inervación sensitiva, propioceptiva y nociceptiva de prácticamente toda la cara, ojos, senos paranasales y parte de la lengua y cavidad bucal. También cumple algunas funciones motoras, como las relacionadas con la masticación.

Se trata por tanto de un nervio craneal mixto, que mediante sus tres ramas oftálmica, maxilar y mandibular, cumple tales importantes funciones sensitivas y motoras.

¿Qué es la neuralgia del trigémino?

La neuralgia del trigémino es el trastorno neuropático relacionado con el nervio trigémino.

Las causas de la neuralgia del trigémino quedan generalmente en el desconocimiento médico. Cierto es que aparece con frecuencia en pacientes con Esclerosis Múltiple y otras formas de neuropatías desmielinizantess. Es más frecuente en mujeres por debajo de los 40 años. No obstante, salvo en casos relacionados con dilataciones evidentes de tejidos cerca del nervio (vasos, tumor), pocos más factores encontramos reveladores de su etiología.

Los pacientes con neuralgia del trigémino sufren dolor en el lado de la cara del nervio afecto. Un dolor de una intensidad generalmente desmesurada, de forma eléctrica o espasmódica, y en respuesta a estímulos tan sutiles como sonidos, contacto en la cara, beber agua, maquillarse, afeitarse, cepillarse los dientes, o en ocasiones de forma espontánea.

Tratamiento de la neuralgia del trigémino

Se trata de una neuralgia facial, una afección que cursa con una de las formas clínicas más acentuadas y aberrantes de dolor neuropático. Su tratamiento farmacológico pretende disminuir el dolor, en ocasiones intentando bloquear las señales nociceptivas dirigidas al cerebro. Se utilizan fármacos anticonvulsivantes como la carbamazepina, agentes antiespasmódicos como el baclofeno, y ocasionalmente inyecciones de Botox. Suele tratarse de tratamientos prolongados, con efectos secundarios del tipo mareo, confusión, somnolencia y náuseas.

Otras opciones, como la cirugía, pretenden reducir la compresión del nervio por vasos cercanos dilatados, o directamente lesionar el nervio para intentar que corrija su estado disfuncional.

La neuralgia del trigémino es un cuadro muy discapacitante. Una atención minuciosa al estado de afrontamiento de esta patología por parte del paciente y su familia resulta necesaria. Desafortunadamente, la fisioterapia basada en terapia manual tiene poco o nada que aportar en estos casos. El enfoque más respetuoso por nuestra parte es el que se dirige al carácter injustificado y maladaptativo del dolor desde estrategias que intenten moderar su disfuncionalidad. La terapia manual, la neurodinámica entre ellas, y el ejercicio terapéutico, quedan relegados a cuadros de una sintomatología menos exuberante.

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