septiembre 26, 2012

Música, caiga quien caiga

Transcribiré, con permiso incluso tras su revisión, la charla durante la anamnesis de JM, músico profesional.

 

– Entonces, JM, me cuentas que puedes estudiar (véase tocar el violonchelo) hasta una hora sin que aparezca el dolor de hombro.

– Sí, más o menos.

– Y, con ese tiempo, ¿tienes suficiente para estar al nivel de tus compañeros de orquesta?

– No (realmente dijo “ni de coña”, pero seamos educados)

– Luego…

– Luego suelo tocar alrededor de las 4 horas.

– Con dolor.

– Por supuesto. Y la última hora, incluso hasta el codo y con adormecimiento de los dedos.

– Y paras, claro…

– Sí, más que nada porque no puedo sostener bien el arco. Pero por la tarde aún llego a estudiar otra hora.

– Y el director, o profesor, o quien sea, ¿lo sabe?

– Sí, pero vamos, todos estamos por un estilo, y además ya nos ha comentado en más de una ocasión que eso es normal en un músico.

– ¡Anda pues!

 

Y si fuese un caso aislado, en curiosidad quedaría, pero nada más lejos de la realidad.

Los músicos profesionales (o sin serlo que dedican a la música más de 14 horas semanales), son deportistas de élite. No saltan, corren, lanzan o nadan, ni intentan meter goles o batir a golpes al contrario. Su razón de ser es la música, superando muchas más exigencias de las que a priori pueda parecer.

La extensión de este hábito de menosprecio al valor protector del dolor, ha animado a su estudio, como constatan los autores italianos S. Bruno, A. Lorusso y colaboradores, en su artículo «Playing-related disabling musuloskeletal disorders in young and adult classical piano students«, publicado en 2008 en International Archives of Occupational and Environmental Health.

La nada desdeñable cifra del 72% de músicos que siguen tocando a pesar del dolor,  nos recuerda la relevancia del problema. Además, los autores recuerdan como la máxima «no pain no gain», la necesidad de sufrir para lograr los objetivos, sigue muy presente en los ámbitos de la música.

Parece ser que los fisioterapeutas especializados en el tratamiento del dolor tenemos mucho que educar al respecto.

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