osteon control motor bosu
septiembre 8, 2015

Milagros, a Lourdes

Este viernes pasado llegué etiquetado a una conversación en Twitter en la que varios compañeros compartían impresiones alrededor de esta noticia:

La «milagrosa» técnica muscular que revoluciona la NBA y el fútbol americano

Creo que el periodismo deportivo, del que reconozco no hacer demasiado uso en ninguno de sus medios, ya no debe sorprender a nadie con estas cosas. El uso de la exageración, de términos belicosos, interpretaciones malversadas de la ciencia, parcialidad opinática y manifestaciones injustificadas de exaltación, son recursos habituales en prensa deportiva y locutores de competiciones de las diversas modalidades de deportes.

Y ni por asomo esto significa que los periodistas dedicados a tales menesteres sean poco profesionales. Sería como decir que los encargados de publicidad que preparan los anuncios de detergentes son así de simples. Ocurre como con los actores, que interpretan bien su papel.

En cualquier caso, supongo que esta simplificación y agitación de los hechos narrados debe ser del gusto de los consumidores, porque hasta hace no mucho, lo más leído en este país, según cierta encuesta de la que tampoco sabría si fiarme demasiado, era la prensa deportiva junto a la propaganda de los hipermercados.

Lo que viene a contarnos esta noticia, a modo de novedad y de milagro, no es más que una variante más (y por cierto de las menos recientes) de la aplicación de la evaluación del movimiento, y en su caso ejercicio, dirigido a la corrección de patrones alterados de movimiento.

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Desde hace ya varios años, se planteó la idea de que el deterioro del comportamiento muscular más relacionado con la patología musculoesqueletica no era necesariamente la debilidad de los grandes grupos musculares (por ejemplo, la falta de fuerza global de los músculos encargados de la extensión de la cadera), sino más bien el desequilibrio entre unos y otros grupos musculares, con unas funciones diferentes dentro de la producción de un determinado gesto (por ejemplo, la debilidad de la musculatura profunda estabilizadora del hombro respecto a los grandes músculos movilizadores de esta misma articulación).

Existen diferentes opciones, cada una con sus defectos y virtudes, complejidades y simplificaciones, pros y contras, relacionadas con lo que podríamos llamar ejercicio para mejorar la calidad del movimiento. Algunas de ellas se acercan más al ámbito deportivo, otras más al ámbito terapéutico, y por tanto de la fisioterapia. Supongo que enumerar unas cuantas hará que me deje muchas en el tiesto, así que lo dejaré para que nadie se sienta ofendido por la omisión. Lo que parecen tener en común, es que los americanos están muy contentos con ellas, y no dejan de vanagloriarse de los beneficios que prestan a la humanidad, sirva de ejemplo la noticia mencionada.

Hay que reconocer que la administración del ejercicio siguiendo en sus premisas un respeto a la neurofisiología, a la optimización del reclutamiento de unos y otros músculos, resulta más efectiva que otros programas en los que simplemente se busca fortalecer y fortalecerlo todo. En nuestro centro, y aprovechando que somos fisioterapeutas y contamos con un licenciado en educación física, nos podemos permitir seguir las progresiones desde los inicios de la rehabilitación y hasta las últimas fases de la reincorporación deportiva. Y atender a estos criterios de administración del ejercicio en todo el viaje de retorno a la actividad, es prioritario.

Ahora bien, milagros se ven pocos.

Los llamamos recuperaciones, más o menos precoces dependiendo de muchísimos factores, entre los que está el método de ejercicio empleado, pero también las técnicas de terapia manual aplicadas en sus inicios, y las características particulares del paciente: condición física, edad, complicaciones médicas, motivación, adherencia al programa establecido para casa, factores psicosociales, contextuales,…

Este año hemos invertido especialmente en integrar el ejercicio terapéutico en nuestra praxis, y más que nos queda. Hace no mucho estuvimos en Sevilla nutriéndonos de los conocimientos y experiencia de Iván Benasar y Pepe Conde en la formación de Functional Physio. María continúa actualizándose y renovando sus actividades grupales de ejercicio terapéutico, Pablo me está costando un dineral en material para el gimnasio, y dentro de poco tendremos por aquí la formación de Pilates Clínico para fisioterapeutas, que espero nos aporte herramientas para mejorar en la aplicación de estas progresiones de ejercicio en un contexto terapéutico.

Pero seguiremos sin ofrecer milagros, tan sólo opciones de ejercicio bien administrado.

 

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