Los ejercicios malabares constituyen una actividad amena y de una aplicación clínica interesante. Siempre dosificados de forma progresiva y adecuada en carga y complejidad, adaptados así al paciente, podemos utilizarlo con diversos objetivos.
En principio es una actividad en la que se moviliza de forma armónica y funcional manos, muñecas, codos y hombros. Esta movilización activa puede ser útil como ejercicio inicial en fases agudas de los programas de rehabilitación del miembro superior.
Constituye un ejercicio propioceptivo del tren superior bastante completo. Cobra especialmente importancia dentro de los programas de cinesiterapia del hombro, debido a la necesidad de estabilización funcional de dicha articulación a nivel muscular. Podemos clasificar los malabares como ejercicio pliométrico.
Como actividad de coordinación óculo-manual y general, se puede relacionar con los programas de ejercicio para pacientes neurológicos con déficit de coordinación, como el parkinson, ataxias,… en fases no muy evolucionadas.
Dentro de los programas de posturología, su aplicación viene relacionada con la necesidad de una postura corregida para la correcta consecución de los malabares.
A nivel neurodinámico, y en relación con la alternancia de diferentes rangos de movimientos articulares, es una técnica excelente de movilización del nervio mediano, cubital y radial.
Y, por último, y especialmente orientado a los cuadros de dolor crónico en relación con alteraciones a nivel de imprecisión representacional y sensibilización central, el ejercicio es una forma oportuna de trabajar la representación de los miembros superiores y sus movimientos a nivel del sistema nervioso.