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septiembre 15, 2016

Lesión de menisco, ¿cirugía?

La palidez súbita que aparece en los pacientes con dolor de rodilla cuando se atribuye al menisco el origen de sus molestias, se debe probablemente al desconocimiento y al exceso de desinformación alrededor de estas lesiones. Por ello, y para evitar algún que otro susto innecesario, hemos preparado esta entrada.

¿Qué son los meniscos?

Los meniscos son unas estructuras fibrocartilaginosas  compuestas por agua y colágeno. Muestran un aspecto y textura parecida a una goma de borrar o a una gominola.

Los meniscos se encuentran en la rodilla a modo de amortiguadores entre el fémur y la tibia. Cada rodilla tiene 2, uno interno y otro externo, con formas circulares pero diferentes uno de otro. El menisco interno tiene forma de C y el externo de O.

Las funciones principales de los meniscos son la distribución de cargas, la estabilidad de la articulación y la transmisión de información relacionada con la posición articular. Está última función es especialmente relevante en el final del rango articular, ya que los cuernos de los meniscos están densamente provistos de mecanorreceptores (sensores de posición).

Lesión del menisco

La lesión de menisco es una de las lesiones de rodilla más comunes. Su cirugía supone anualmente en USA aproximadamente un gasto de 4 billones de dólares.

Esta lesión ocurre más en hombres que en mujeres, con una relación de 2:1. Un tercio se asocia a una lesión del ligamento cruzado anterior, normalmente en pacientes jóvenes como resultado de una lesión deportiva traumática.

En pacientes entre 40 y 65 años, la lesión de menisco se produce principalmente por mecanismos degenenativos. Sucede como consecuencia de una progresiva y natural pérdida de propiedades fisiológicas del tejido, cargas crónicas, actividades de la vida diaria, práctica deportiva y a veces giros puntuales. Vamos, lo que viene siendo vivir la vida y hacer uso y disfrute de nuestras piernas.

¿Qué hacemos con un menisco lesionado?

Existen diferentes opciones de tratamiento.

Cuando nos encontramos ante un proceso degenerativo, donde no ha habido traumatismo, la primera opción es un tratamiento conservador. Es decir, con fisioterapia y ejercicio terapéutico, ya que así lo refrenda la experiencia clínica y la evidencia científica.

Recientemente se ha publicado un estudio que comparó los resultados a corto, medio y largo plazo de la intervención quirúrgica y de un tratamiento conservador basado en ejercicio terapéutico en pacientes de mediana edad con degeneración meniscal. No encontraron diferencias significativas en los resultados, lo que justificaría un abordaje menos invasivo como primera opción.

…y entonces ¿cuándo hay que operar?

En ocasiones la lesión de menisco se produce por un traumatismo y lleva asociada la lesión de otras estructuras en la rodilla que justificarían la cirugía.

Si no es el caso, y es sólo el menisco el causante de las penurias del paciente, la intervención quirúrgica estaría indicada cuando aparece un bloqueo articular difícil de manejar con el tratamiento conservador. También cuando el tratamiento de fisioterapia no da los resultados esperados.   

Entre las técnicas quirúrgicas utilizadas, los traumatólogos barajan la meniscectomía total o parcial, la sutura del menisco, el aloinjerto o substitución por menisco de cadáver, y/o la osteología tibial o de fémur.

La meniscectomía total consistente en quitar completamente el menisco. Fue el procedimiento habitual durante mucho tiempo, pero hoy es un tipo de intervención muy rara ya que muchos pacientes intervenidos con esta técnica desarrollaron posteriormente artrosis, dolor y pérdida de función de la rodilla. Los malos resultados obtenidos tras la retirada total del menisco hizo que se buscaran alternativas, apareciendo la meniscectomía parcial, el injerto de menisco procedente de cadáver o la osteotomía tibial o de fémur que consiste en cortar un trozo de hueso para liberar espacio y disminuir la presión sobre el menisco. 

Concluyendo 

En cualquier caso, cada paciente debe ser evaluado e informado de las diferentes opciones terapéuticas de manera individual y respetar sus preferencias de tratamiento. Hay que tener en cuenta que, según estudios de los propios cirujanos, se están operando más meniscos de los que se debería, y que el abordaje conservador debería ser siempre la primera opción.

Para los que queráis saber más os dejamos algunos de los artículos sobre los que se apoya nuestra práctica clínica.

  • Rao, A. J., Erickson, B. J., Cvetanovich, G. L., Yanke, A. B., Bach, B. R., & Cole, B. J. (2015). The Meniscus-Deficient Knee Biomechanics, Evaluation, and Treatment Options. Orthopaedic journal of sports medicine, 3(10), 2325967115611386.
  • Beaufils, P., Becker, R., Verdonk, R., Aagaard, H., & Karlsson, J. (2015). Focusing on results after meniscus surgery. Knee Surgery, Sports Traumatology, Arthroscopy, 23(1), 3.Chicago
  • Rao, A. J., Erickson, B. J., Cvetanovich, G. L., Yanke, A. B., Bach, B. R., & Cole, B. J. (2015). The Meniscus-Deficient Knee Biomechanics, Evaluation, and Treatment Options. Orthopaedic journal of sports medicine, 3(10), 2325967115611386.

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