¿Qué es la cefalea tensional?
La cefalea tensional es una forma de dolor de cabeza primario muy común en todo el mundo. No obstante, a menudo no recibe la misma atención científica y económica que la migraña. Se caracteriza por un dolor leve a moderado que no viene acompañado de los síntomas típicos de la migraña, como náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz.
En ocasiones, la cefalea tensional puede coexistir con la migraña, lo que dificulta distinguir entre los episodios de ambos tipos de dolor de cabeza. Por lo tanto, es esencial realizar un examen subjetivo y físico detallado, junto con un examen neurológico completo y el uso de un diario de síntomas durante varias semanas, para comprender mejor la condición del paciente.
Fisiopatología de la cefalea tensional
La fisiopatología de la cefalea tensional involucra varios posibles mecanismos, como factores genéticos, nocicepción miofascial (dolor relacionado con ciertos puntos en los músculos), y la modulación alterada del dolor en el sistema nervioso central. El dolor puede ser desencadenado por áreas tensas en los músculos del cuello y los hombros. A diferencia de la migraña, los factores vasculares tienen un papel menos relevante en esta forma de dolor de cabeza.
El sueño también juega un papel importante en este tipo de dolor de cabeza. Tanto la privación de sueño como el exceso de sueño (hipersomnia) pueden desencadenarla. El insomnio se considera un factor de riesgo significativo para el aumento de la frecuencia de las cefaleas. Además, se ha observado que la ansiedad y la depresión son comorbilidades frecuentes en pacientes con cefalea tensional crónica.
Tratamiento de la cefalea tensional
En cuanto al tratamiento, la fisioterapia puede ser de gran ayuda para aliviar la cefalea de tipo tensional. La terapia manual puede reducir el dolor relacionado con la nocicepción miofascial y los mecanismos de regulación del dolor a nivel del sistema nervioso central. Asimismo, la incorporación de ejercicio terapéutico puede ser beneficioso para modular el dolor.
Desde el punto de vista farmacológico, algunos antiinflamatorios como el naproxeno y el diclofenaco tienen cierta eficacia, aunque no tan evidente como en otras formas de dolor de cabeza. El uso de opioides no es recomendable debido al riesgo de abuso. Por otro lado, los triptanes y relajantes musculares no han demostrado ser útiles en esta forma de dolor de cabeza. Sin embargo, el antidepresivo tricíclico amitriptilina ha mostrado ser efectivo como tratamiento preventivo en varios estudios controlados para este tipo de dolor de cabeza.
