Incontinencia Urinaria
La Incontinencia Urinaria está considerada como enfermedad por la OMS desde 1998. Repercute en la calidad de vida de las personas, por su frecuencia y por su afectación psico-social. Es una enfermedad que llega a reducir la autoestima en los pacientes, mermando su autonomía y por tanto deteriorando significativamente su calidad de vida.
La Incontinencia Urinaria supone una pérdida involuntaria de orina, que se puede demostrar objetivamente. Esta pérdida constituye un problema tanto a nivel social como higiénico. Es de hecho un problema con cada vez mayor prevalencia. Hay más casos de pacientes con incontinencia urinaria que con hipertensión arterial, diabetes o depresión.
Afecta a alrededor del 10-30% de adultos jóvenes, y un 15-40% de mayores de 60 años. Resulta más común en mujeres que en hombres. Se estima que cerca del 50% de las mujeres tienen Incontinencia Urinaria ocasional, que un 10% Ia tiene frecuente y que un 20% de las mujeres de entre 70 y 75 años la tienen a diario.
Tratamiento de la Incontinencia Urinaria
El tratamiento del paciente con Incontinencia Urinaria es multidisciplinar. Aunque la cirugía actual garantiza mejores resultados mediante el uso de mallas y bandas, sus resultados a largo pIazo aún no se conocen. El tratamiento farmacológico también está ayudando a mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
No obstante, la solución conservadora sigue planteándose como la mejor opción. Un tratamiento que, además, optimiza los resultados en caso de requerirse finalmente el procedimiento quirúrgico. Este tratamiento conservador conlleva diversas medidas de atención.
Los aspectos educacionales son obligación de todos los profesionales sanitarios relacionados con el paciente: principalmente aportación de información relevante para el conocimiento de la enfermedad e instrucción en el cambio de hábitos.
La enfermería cubre un importante papel en el control de las condiciones técnicas higiénicas de la enfermedad. Así mismo, participa en el diagnóstico mediante estudios urodinámicos, la flujometría y medición del residuo postmiccional, cistomanometrías… La psicología puede aportar su papel en situaciones de especial desacondicionamiento psicológico y de afrontamiento del problema.
Y, la fisioterapia, como profesión dedicada a la optimización del movimiento y la función, se encarga de la indicación y dirección de los programas de ejercicio de reeducación y fortalecimiento de suelo pélvico.
Los ejercicios de contracción de los músculos del suelo pélvico son, acorde a la evidencia científica actual, la primera opción de tratamiento en la Incontinencia Urinaria de esfuerzo leve y moderada.