¿Qué es un hombro congelado?
El cuadro clínico conocido como hombro congelado ha recibido diferentes denominaciones, entre las que encontramos la de periartritis escápulohumeral y capsulitis adhesiva.
Ha habido mucha controversia en relación con la naturaleza real de esta situación clínica en la que el hombro empieza a doler de repente, mantiene el dolor unas semanas, y empieza a limitar su movilidad de forma notable durante a veces más de un año. Actualmente aún no se conocen con exactitud los procesos implicados en el hombro congelado. Los criterios clínicos que utilizamos para el diagnóstico de tal situación son:
- Restricción del rango de movimiento activo sin lesión mayor de hombro.
- Restricción del rango de movimiento pasivo: Rigidez global sin pérdida de fuerza, estabilidad articular o integridad de las superficies articulares.
- Normalidad radiológica.
La fisiopatología del hombro congelado no es del todo conocida. La principal característica es la restricción de movilidad glenohumeral. Se relaciona, en su inicio, con una reacción inflamatoria de la membrana sinovial de la articulación glenohumeral, que evoluciona a una reacción fibrótica de la capa fibrosa de la cápsula, y que en su curso se acompaña de afectación de partes blandas extraarticulares. No es anormal que acompañen diagnósticos asociados de tendinopatía o bursitis.
¿Cómo evoluciona un hombro congelado?
Se trata de una enfermedad autolimitante, de una duración de 1-3 años, en ocasiones con restricción residual de hasta 10 años. No es recurrente, no es habitual que vuelva a aparecer una vez resuelto el primer episodio. El pronóstico, pese a la dilatación en el tiempo de su presentación, es bueno logrando el 90% de pacientes una recuperación completa.
Podemos distinguir 3 fases en la evolución del hombro congelado:
- Fase 1: congelación, sinovitis (3-9 meses). Dolor importante (EVA 9-10) sobre todo en movimientos incontrolados, sin limitación del rango de movimiento pasivo.
- Fase 2: congelado (4-12 meses). Hipertrofia de la cápsula de la articulación glenohumeral y acorttamiento del ligamento coracohumeral y el intervalo de los rotadores. Disminución gradual del dolor por recuperación del proceso inflamatorio. Limitación de alrededor del 50% del rango de movimiento pasivo.
- Fase 3: Descongelación (12-42 meses). Recuperación gradual del rango de movimiento pasivo.
Tratamiento del hombro congelado
Lo más importante para asegurar que nos encontramos ante un cuadro de hombro congelado ante situaciones clínicas de estas características es detectar la contribución glenohumeral en la restricción del rango de movimiento activo y pasivo. El tratamiento debe acomodarse a las fases evolutivas comentadas:
- Fase 1: congelación, sinovitis. Tratamiento analgésico (asegurar que el paciente reduzca su dolor e inflamación, condicionará posteriormente menos fibrosis): corticosteroides, antiinflamatorios no esteroideos, bloqueo del nervio supraescapular, tratamiento de disfunciones miofasciales asociadas como la del músculo subescapular. Y, quizás lo más importante, educación al paciente de la naturaleza benigna de la patología.
- Fase 2: congelado. Terapia manual no intensa y programa de ejercicios suaves de estiramiento. Es recomendable utilizar la opción menos dolorosa de tratamiento, pero la premisa fundamental es invertir en recuperar la movilidad.
- Fase 3: Descongelación. Por tratarse de la evolución natural, en esta fase no es tan necesaria la movilización. Dado que la fase de descongelación y la limitación residual puede prolongarse durante años, es recomendable instruir al paciente para que realice ejercicios suaves de estiramiento en esta fase.