noviembre 19, 2008

Estreñimiento

El estreñimiento se caracteriza por la reducción en la frecuencia normal de evacuación de las heces. Cuando se prolonga en el tiempo, se relaciona con heces de consistencia dura y volumen escaso. Aunque existe base orgánica en algunos casos (obstrucciones intestinales, fisuras o hemorroides anales, lesiones neurológicas), generalmente el estreñimiento es funcional.

El acto de la defecación es un reflejo compuesto por tres elementos:
Elemento sensitivo. La sensación de plenitud por la dilatación de la ampolla rectal inicia el reflejo. Es a lo que posteriormente me refiero como la llamada de la jungla, el momento en que la persona nota las ganas de evacuar.
Elemento de aprendizaje. El reflejo de defecación a menudo se convierte en un reflejo condicionado.
Elemento motor. Constituido por el peristaltismo intestinal, la relajación de los esfínteres y la prensa abdominal.

Sobre los tres elementos podemos actuar de diferentes formas. Veamos los puntos más interesantes.

Alimentación. Por un lado tenemos el efecto que determinados tipos de alimentos tienen sobre la consistencia de las heces. Los alimentos sin residuos constituyen la principal causa de estreñimiento, en relación con una replección o llenado rectal insuficiente, de forma que no llega a desencadenar el reflejo de defecación. Estaría muy bien añadir a la dieta cosas como judías blancas, guisantes, puré patata, garbanzos, ciruelas secas, almendras con piel, lentejas, nísperos, dátiles, pan integral, espárragos, maíz, alcachofas, judías verdes, acelgas, espinacas, zanahoria cruda. En general, comer más fruta (eligiendo uva, kiwi, piña y ciruela, evitando manzana y plátano) y verdura, y por supuesto, se recomienda aumentar la ingesta de agua. A modo de golosina, no esta mal de vez en cuando unas palomitas de maíz, con mucha fibra.
Por otro lado, la alimentación debe ser el eje que gobierne el resto de funciones orgánicas dentro de la adaptación visceral al ritmo circadiano. Quiero con ello decir que una alimentación organizada en el tiempo, con organización horaria y perseverancia, va a permitir un aprendizaje correcto del reflejo de defecación.

Ejercicio. El sedentarismo y la condición física pobre, y el consiguiente déficit muscular, se relacionan directamente con el estreñimiento. Ejercitar los músculos, correr, saltar, en definitiva, moverse, es esencial. El cuerpo necesita movimiento para todo, y como no, para la función digestiva.

El stress. Las inferencias psicológicas, emocionales, conductuales, e incluso cognitivas, interfieren de forma significativa en el reflejo de defecación. Vuelvo a hacer referencia a la puntualidad, y no ya solo a la hora de comer. Esforzarse por respetar horarios obliga a organizarse con antelación las actividades de la vida diaria, y una vida organizada supone menos stress. Tampoco va nada mal un poquito de optimismo y mimar la autoestima. Por supuesto hay muchos mecanismos psicológicos más para afrontar el stress, y tener recursos de este tipo acaba haciendo vivir en la época en que nos ha tocado bastante más fácil (además de evacuar a gusto, que es de lo que estamos hablando…).

Hacer caso a la llamada de la jungla. Siempre. Los convencionalismos sociales generalmente pueden esperar. Además hay formas muy educadas de ausentarse para ir al baño incluso en las situaciones más pintorescas. Reeducar un reflejo tan peculiar como el relejo de defecación no es fácil, pero es posible. Aparquemos tabúes, que la salud está por encima de tantas tonterías.

La ayuda externa. Los enemas y supositorios de glicerina pueden resultar oportunos en cuadros agudos de estreñimiento (post-quirúrgicos, por ejemplo). En casos de estreñimiento crónico, los laxantes orales formadores de masa, osmóticos, emolientes y/o lubricante deberían restringirse, sobre todo en su consumo periódico, ya que posiblemente se convierten, más que en ayuda, en el estímulo único sobre el que se condiciona la defecación.

La fisioterapia y el estreñimiento. Determinadas técnicas de terapia manual tipo masaje ayudan a mejorar el tránsito del material fecal. También contamos con ejercicios para modificar la PIA (presión intraabdominal) y actuar así modo de estímulo. Las técnicas más avanzadas se agrupan dentro de la fisioterapia de reeducación del suelo pélvico. Y, por supuesto, la labor educativa en cuanto a lo comentado en el artículo, recomendaciones en cuanto a posturas (pequeña elevación del apoyo de las pies en determinados casos en la taza del WC,…), etc.

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