¿Qué es el sistema linfático?
El sistema linfático ha sido uno de los grandes olvidados dentro de la historia de la medicina, a pesar de que ya en el 460-370 a.C. Hipócrates hacia referencia a la «sangre blanca», lo que hoy conocemos como linfa.
El sistema linfático está constituido por la linfa, los vasos y los ganglios linfáticos, los cuales se encargan del control de las infecciones y el mantenimiento del equilibrio de los líquidos del cuerpo. Se ha visto que los vasos linfáticos forman una red superficial que cubre todo el organismo y va drenando en profundidad hacia los troncos más grandes El objetivo de este sistema de trasporte es devolver el máximo número de proteínas al torrente sanguíneo y filtrar en los ganglios linfáticos cualquier organismo o sustancia extraña a través de una reacción inmunitario.
Un fallo en el sistema de trasporte de la linfa condiciona el llamado linfedema, una acumulación de líquido denso (debido al alto contenido en proteínas) objetivo del tratamiento a través de drenaje linfático manual.
¿De donde viene el drenaje linfático manual?
El drenaje linfático manual fue presentado como método por primera vez en París en 1936 por el matrimonio Vodder, aunque en España se realizó el primer curso de drenaje en 1976. Fue en una balneario de la Riviera francesa durante los años treinta donde los Vodder (ella esteticien y el filósofo) comenzaron el desarrollo del método a través de la aplicación de suaves presiones en pacientes que tenían los ganglios del cuello inflamados.
Poco a poco el método ha ido evolucionando hasta lo que conocemos hoy y a pesar de que es escasa la evidencia científica que lo avala, cada vez es más grande el hueco que ocupa dentro de la terapia manual.
Drenaje linfático
El drenaje linfático manual lo constituyen una serie de maniobras lentas, suaves y rítmicas que se realizan de forma superficial a muy baja presión hasta el límite de elasticidad de la piel. Las principales maniobras son los bombeos, círculos fijos y maniobra de dador. Siempre se trabaja de proximal a distal, comenzando por la descongestión de los ganglios principales de la zona. Con ello se pretende favorecer la acción evacuadora de la linfa hacia los ganglios.
Se considera que a parte del drenaje se consiguen efectos sedantes, diuréticos y tróficos sobre la piel, mejorando la función de trasporte y el estado inmunológico de los tejidos.
A pesar de todos los efectos beneficiosos que se le otorgan al drenaje linfático manual, hoy día es necesaria más evidencia que aporte una base científica más sólida a la utilización de esta técnica.
Los últimos estudios muestran efectos beneficiosos de la utilización del drenaje junto a otras técnicas de compresión e higiene de la piel. Entre del 60% y el 80% de los pacientes aseguran sentirse mejor en relación a la pesadez y el dolor que provoca un linfedema y en gran parte de los casos se ha observado una disminución del tamaño del edema e incluso una mejora en la movilidad. No obstante, todo esto no es lo suficientemente relevante, lo que anima a seguir estudiando sobre los efectos de esta relativamente joven técnica.
One Reply to “Drenaje linfático, evidencia científica”
He practicado el drenaje linfático y me parece una técnica, bastantes buena y acerta, y creo que en vez de tanto ibuprofeno, si practicáramos el drenaje linfático manual, nos iria mejor y dañaríamos menos el hígado.