septiembre 13, 2012

Dolor de hombro por la noche (I)

El dolor nocturno del hombro, a veces como síntoma principal (incluso el único en ocasiones), es un motivo frecuente de consulta al fisioterapeuta.

La complejidad anatomo-clínica del hombro dificulta la generalización de su justificación, y una correcta evaluación de cada caso es requerida para determinar sus causas y decidir el tratamiento adecuado para su resolución.

En esta y posteriores entradas, no obstante, intentaré dar algunas pinceladas para ayudar a mis pacientes a entender las premisas fundamentales que soportan el dolor de hombro por la noche.

Y qué mejor forma de hacerlo que hacer un breve repaso de la anatomía del complejo articular del hombro, que haciendo honor a su nombre es verdaderamente complejo.

La escotadora supraesternal, esa «U» tan sexy según «El paciente inglés», allí donde termina la cara anterior del cuello, es el punto de partida para reconocer la anatomía del hombro.

Si desde aquí nos desplazamos hacia un lateral, daremos pronto con la articulación esterno-clavicular, única relación osteo-articular del brazo con el tronco. Porque el brazo, si nos atenemos a la improbable e insalubre situación en que todo tejido muscular es retirado, cuelga del tronco de esta pequeña articulación; afortunadamente, en condiciones normales (lejos de la mesa de disección), múltiples vectores de fuerzas a partir de músculos y tendones equilibran y sostienen esta relación.

Siguiendo el sinuoso camino de la clavícula, llegamos a la articulación acromio-clavicular, que relaciona la parte ósea anterior del hombro (la clavícula), con el acromion de la escápula (la comúnmente llamada paletilla), en la parte posterior.

Clavícula y escápula, si miramos desde arriba, forma una «V».
Una «V» por el interior de cuyo ángulo discurren elementos neuro-vasculares que viajan del cuello al tórax, y bajo el vértice de la cual se encuentra la articulación gleno-humeral, la más móvil de todas, que relaciona la escápula con el húmero, el hueso del brazo.

Es esta última una articulación bastante desprovista de elementos de estabilización (la congruencia articular es además mínima y desventajosa para estos menesteres), y depende para ello de un complejo sistema de control motor que aportan los músculos que la rodean, entre los que destaca el manguito de los rotadores.

Puestos así en situación, próximamente revisaremos las circunstancias que pueden desordenar la pacífica existencia de las estructuras que componen el complejo del hombro durante la feliz pernocta.

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