junio 10, 2009

Almohada cervical

Las características idóneas de una almohada para respetar la salud de la zona cervical ha dado mucho de qué hablar. Vamos a intentar resumir las recomendaciones, desde el punto de vista de la fisioterapia, para seleccionar una almohada.

Comencemos por lo básico: ni el exceso de apego en la pareja ni la elegancia de una cama bien vestida son razones para disponer de una sola almohada. Cada individuo tiene una cabeza, con su respectivo cuello, y unas cualidades físicas propias que le dan derecho a seleccionar su propia almohada, y a disponer de ella en la posición que más se acomode a sus necesidades. Una almohada de 1,50 metros fijada con el peso de la cabeza del compañer@ admite pocas variaciones.

Para aquellos que duerman boca abajo, veo útil advertir que ninguna modificación en la almohada va a mejorar sus molestias cervicales. El decúbito prono predispone una tensión unidireccional excesiva en el cuello, y en caso de que otras causas de mayor importancia obliguen a dormir en esta posición, lo único que aportaría una mínima mejoría sería directamente prescindir de almohada.

En los casos más frecuentes, al dormir de lado o boca arriba, la almohada debe completar el espacio entre la cabeza-cuello y el colchón. La altura de la misma debe permitir el mantenimiento del cuello en posición neutra, sin inclinaciones hacia arriba o abajo.
Suelo comentar a mis pacientes que la compren más bien gorda, y vayan sacando el relleno durante un par de noches, para ajustar la altura. Cuando noten, mejor sumando la opinión de un observador, que la cabeza no queda “torcida”, es momento de coser bien el extremo de la almohada.

En relación con el material, las propiedades del tejido de relleno deben permitir que, tras hundir el puño, el hueco permanezca marcado unos segundos en la almohada. Si la elasticidad del material devuelve muy rápido la forma previa a la presión, no será adecuada. Las almohadas de plumas suponen una opción bastante adecuada.

Por último, al respecto de la forma de la almohada, dado que pocas personas duermen como robots desconectados, sino que más bien damos unas cuantas vueltas antes, durante y después de dormir, veo poco interés en buscar una forma universal de almohada. Las de mariposa pueden ser útiles para aquellos que duermen boca arriba y se están quietecitos, que son los menos. Creo más conveniente insistir en que la almohada sea individual y no muy larga, para poner contorsionarla a nuestro antojo.

Simplificaría el tema recomendar alguna marca y modelo de almohada en concreto, pero por encima de todo lo comentado está las características físicas y clínicas de cada persona, y espero que con las premisas comentadas cada uno podrá seleccionar una almohada acertada.

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