La fisioterapia tiene la culpa.
La culpa de que un grupo de 8 elementos, Eduardo Fondevila, Ruben Tóvar, David Aso, Raúl Ferrer, Arturo Such, Vicente Lloret, Carlos Castaño, y un servidor, Carlos López, cada uno de un rincón de nuestra España, cada uno con sus circunstancias, encontrásemos un interés común que justificase la asociación.
Un interés a su vez compartido por muchos más fisioterapeutas, animados a opinar y fortalecer con ello la inteligencia colectiva alrededor de la fisioterapia.
Un afán por aprovechar los recursos que internet nos presta, para que toda voz tenga su peso, y sea reconocida por el mensaje y no el trasfondo.
Un empeño por dar fuerza y consistencia a una profesión que lo merece, de limpiar las telarañas y otras porquerías que parecen evitar que se alce y reclame su valor como corresponde.
¿pretencioso? sin duda, es lo que me permite un blog, y no lo haría otro medio…
Fisioterapia sin Red es consecuencia de ello, y que seamos los 8 que seamos responde, sin más, a la autoría de esos estimados blogs que desde hace años criamos con cariño.
La jornada que hace unos días conseguimos organizar, y en la cual acabamos reunidos más de 200 fisioterapeutas, y un grupo de estudiantes cercanos a serlo (un aplauso a ellos por su apuesta desde los inicios), pienso que cumplió el objetivo principal (conocer la forma de trabajar desde diferentes enfoques clínicos), pero también nos permitió reunirnos y comprobar que somos muchos para tirar del carro.
Muchos (¿todos?) salimos de la jornada más orgullosos de nuestra profesión.
Y ahora… ¿qué?
Ahora, a no desaprovechar la inercia, y hacer el «qué» entre todos, ok?