Vamos a seguir con la revisión de los pares craneales que comenzamos hace unos meses: hoy el nervio vago, o X nervio craneal.
Es el principal nervio parasimpático (su denominación de nervio cardioneumoenterogástrico da luz sobre la extensión de su inervación en estos menesteres), también encargado del componente motor del reflejo de nausea. Su afectación deja una voz nasal disfónica, y en ocasiones dificultad para tragar.
Aprovecharé el artículo para hablar del papel de los fisioterapeutas en los trastornos de la voz en los pacientes, ya que como tales debemos reconocer y comprender las alteraciones del habla de los pacientes.
Aunque neurólogo y logopeda son los profesionales que generalmente lidian con estos problemas, no debemos olvidar que el abordaje multidisciplinar dará frutos sólo cuando haya acuerdo entre todos, y sin conocimiento no hay mucho que opinar.
Existen tres tipos de cuadros clínicos diferenciados que definen las modificaciones del habla, el lenguaje y la voz: la disfasia, la disartria y la disfonía. Su confusión puede hacernos tomar un camino equivocado en la parte de la rehabilitación que nos concierne, así que vamos a recordar los conceptos principales de cada cuadro.
- Disfasia. No está alterada la pronunciación, sino la capacidad de seleccionar la palabra adecuada. Suele relacionarse con ictus (arteria cerebral media, área de Wernike) e insuficiencia vértebro-basilar (en este segundo caso, como fisioterapeutas, podríamos encontrar el trastorno al explorar o tratar el área cervical, por su influencia sobre la arteria vertebral, si el paciente habla en ese momento). Los pacientes dan rodeos en el discurso al no encontrar la palabra adecuada, o aparecen neologismos, palabras inventadas. La afasia, o pérdida completa de la palabra hablada, aparece cuando se afecta el área de Broca.
- Disartria. La palabra se elige bien, pero se pronuncia mal. En una insuficiencia vértebro-basilar relacionada con disfunción cerebelosa, podemos encontrar este tipo de habla dificultosa y titubeante.
- Disfonía. Voz aberrante, baja y áspera, pero correcta en uso y selección de palabras. Similar a la laringitis, pero sin dolor. Se relaciona con la paresia de la musculatura laríngea, por una inervación deficiente por parte del vago (isquémico si se afectan las arterias vertebrales).