septiembre 19, 2011

Reprogramando representaciones corticales

Compartamos un caso.

Pongámonos en situación: una mujer con dolor de rodilla de 2 años de evolución, resultados anodinos en pruebas de imagen, plagada de factores de riesgo psicosocial (origen del dolor en aparatoso traumatismo con repercusión casi mediática en su vecindario, antecedentes de fobias, en tratamiento psiquiátrico por depresión, abogados y mutuas de por medio, exagerada actitud de protección, y, cómo no, catastrofismo), mujer que entra a la clínica remitida por otro bata blanca “para ver si se puede hacer algo más”.

Tras anamnesis y exploración (que nos ocupa casi una hora), queda confirmada la sensibilización central de la paciente, y empiezo a valorar las atribuciones que ella y su marido dan al problema y a la naturaleza de ese persistente dolor, para ir concretando el trasfondo cognitivo con el que vamos a lidiar a la hora de desensibilizar, educar, administrar gradualmente estímulos,…

Hasta aquí todo más o menos normal, aunque el origen de esta entrada era destacar un detalle: la paciente presenta una dificultad extrema para la discriminación de 2 puntos en el área de piel de y circundante a su rodilla, tarda más de 3 segundos en comenzar el movimiento si le pido que sólo mueva izquierda o derecha, y cuando le solicito mover sólo tobillo, sólo rodilla o sólo cadera, la mujer retarda soporíferamente su respuesta para generalmente terminar errando. 

 Los 2 años sobreprotegiendo, consciente e inconscientemente, la rodilla, han desmontado de tremenda manera sus representaciones corticales relacionadas, y reprogramar el homúnculo se convierte en un objetivo, al menos desde mi punto de vista, primordial.

Lo anoto en el historial de mi paciente, y de momento le recomiendo un par de sencillos ejercicios hasta la nueva visita en que comenzaremos a trabajar:

  • Coger revistas y pintar con un rotulador todas las rodillas izquierdas que encuentre. 
  • Le hago 6 cartoncitos (en plan baraja de cartas redux) con cadera derecha, cadera izquierda, rodilla derecha, rodilla izquierda, tobillo derecho, tobillo izquierdo, escrito en cada una, y le invito a ponerlas boca abajo, levantar una cada vez, y mover aquello que le indique el cartoncito. 

Un primer paso…

11 Replies to “Reprogramando representaciones corticales”

Vamos progresando, anda bastante mejor y estamos en ciclos de 8 minutos.

Seguimos con imaginación motora gradual, patrones con cada vez más disociación para añadir dificultad, y ha empezado con la psicóloga a aprender algunas técnicas de relajación que parecen estar ayudando.

El problema es que cada vez que va al neurólogo, vuelve deprimida, desanimada y pierda el ritmo de trabajo que llevamos,… pero eso es otra historia… o no.

Carlos, tengo en la memoria este caso de hace unos meses, me gustaría saber si sigues tratándole y cual es la evolución. Has incluido otras técnicas, va mejorando la percepción dolorosa, ha aumentado la resistencia a la marcha… estoy en ascuas!! jeje. Abrazos.

Sí claro, Muchas gracias. La cosa es que yo ví el curso de facilitación del movimiento el año pasado pero aún me quedan algunas dudas sobre el caso y/o el paciente adecuados para aplicar una técnica específicamente. Bueno, el tiempo y la experiencia dirán. Y claro, el componente de sensibilización me parece fundamental en la progresión del tratamiento.
Saludo

Juan Carlos: cuando ya estábamos en fase de facilitar el movimiento CON MOVIMIENTO, empecé con patrones sin cruzar la línea media, y posteriormente cruzándola; podría acercarse a los patrones de Kabat (algo descafeinados)
Posteriormente fui intentando disociar los movimientos de cadera – rodilla – tobillo (descafeinando ahora a la pareja Bobath).

Pero, realmente, el trabajo más importante fue el inicial, cognitivo, imaginación, visualización,… mucho más lento que la marcha una vez «activado» el movimiento

¿aclaro algo?

Bueno, Irene, no todo lo bien que quedaría bien decir.
En 2 meses ha conseguido caminar hasta 5 minutos, y cada vez puede completar patrones más complejos de movimiento con su pierna, pero siempre con dolor.
Alguna ligera reducción del dolor va notando, y le permite dormir casi toda la noche.
El objetivo acordado es poder llevar a los nietos al cole después de Navidad, espero que lo logremos.

Bueno, la mujer, muy atenta a las explicaciones, entendió todo y no se asombró al recomendarle esos «ejercicios».
Ahora bien, el marido, con cara de «lo que yo decía, que mi mujer es una quejica y se lo está inventando todo», sí quedó más extrañado.
Pero lo del marido es otro caso bastante alejado de mis posibilidades terapéuticas…

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