Rene Descartes (1596-1650) ha sido considerado el Pionero de la Filosofía Moderna.
Descartes nació en Tourain, en la pequeña ciudad de La Haye y fue educado desde la edad de ocho años en el colegio jesuita de La Flèche. Allí adquirió la costumbre de la meditación, conduciéndole al agudo contraste entre la certeza de las matemáticas y la naturaleza polémica de la filosofía, y llegando al convencimiento de que las ciencias debían producir resultados tan ciertos como los de las matemáticas.
Hasta 1628, Descartes pasó la mayor parte de su tiempo viajando, contemplando y manteniendo correspondencia. Desde 1628 hasta su desgraciado viaje a Suecia en 1649 permaneció la mayor parte del tiempo en Holanda y fue durante este periodo cuando compuso una serie de obras que establecen el temario para todos los estudiosos posteriores de la mente y el cuerpo.
La primera de esas obras, De homine (1633), en la época de la condena de Galileo. Cuando supo del destino de Galileo en manos de la Inquisición, Descartes escondió inmediatamente su propio tratado. Como resultado de ello, el primer ensayo extenso del mundo sobre psicología fisiológica fue publicado mucho tiempo después de la muerte de su autor.
De homine provee la primera explicación del interaccionismo mente/cuerpo. Posteriormente, en Meditaciones ofrece por primera vez una explicación sistemática del dualismo metafísico entre la mente y el cuerpo, que ha sido desde entonces discutida por el pensamiento occidental. Para Descartes, hay dos sustancias creadas diferentes, el cuerpo y el alma (a la que también denomina ‘mente’). La esencia del cuerpo es la extensión; mientras la del alma o mente es el pensamiento. El cuerpo es espacial, el alma no tiene extensión. El cuerpo es un mecanismo que puede ejecutar muchas acciones sobre sí mismo sin la intervención del alma; el alma es pura sustancia pensante que puede, pero no siempre, regular el cuerpo.
Descartes sitúa el interaccionismo mente/cuerpo en la glándula pineal. Elige la glándula pineal porque opina que es el único órgano en el cerebro que no está duplicado bilateralmente y porque cree, erróneamente, que era exclusivo de los seres humanos.
En febrero de 1650, volviendo en medio de un frío encarnizado de una sesión con la caprichosa reina Cristina, quien insistió en recibir su instrucción a las 5 de la mañana, Descartes contrajo una neumonía. Una semana más tarde, moriría el hombre que había abierto el camino de gran parte de la filosofía posterior.
Dentro de los aportes filosóficos de su obra, Descartes hizo una descripción del dolor, según la cual se trataría de una señal de alarma indicativa de una lesión o de una amenaza de lesión tisular. Se trataba, pues, de una visión mecánica de la cuestión. En el modelo cartesiano solo cuenta la lesión tisular, que hay que diagnosticar y tratar.
Dicha concepción del dolor sobrevivió sustentando el modelo biomédico hasta mediados del siglo XX. Dolor como señal, y no dolor como percepción, como respuesta cerebral,… aunque eso es algo de lo que ya llevamos hablando mucho tiempo, y esta entrada prefiero dedicarla a Descartes.
One Reply to “Rene Descartes”
Descartes, gran filósofo. Yo no he estudiado gran cosa sobre él, lo que sí que sé es que, a pesar de su modernismo, expuso una teoría bastante larga y enrevesada para demostrar la existencia de Dios, y a partir de aquí tiene relación un poco todo lo demás, Es curioso e interesante, lo recomiendo a los filofilósofos (qué juego de palabras más cutre, ¿verdad?), pues puedes reírte y pasar un buen rato y a la vez plantearte varias cosas. Un saludo.