junio 13, 2011

Patomecánica neural (I)

Son diversas las situaciones mecánicas que pueden actuar de forma adversa sobre las estructuras neurales. La presión y la tensión son los dos componentes mecánicos que, condicionando una reducción del aporte sanguíneo a los nervios periféricos, pueden amenazar la función de estas estructuras.

Estas condiciones, (además de, por supuesto, los traumatismos, heridas, fracturas, neuromas, intervenciones quirúrgicas, anomalías anatómicas, enfermedades infecciosas,…) pueden provocar neuropatías, y el conocimiento de las mismas puedes ayudarnos a anticiparlas, o al menos a detectarlas durante la anamnesis. 
En esta y sucesivas entradas, para no espesar mucho los textos, vamos a repasar estas situaciones mecánicas, desde hace ya tiempo descritas por varios autores, en relación con neuropatías periféricas. 
Nervio ciático
Sedestaciones prolongadas, o en el borde de superficies duras (Mumenthaler & Schliack 1991).

La taza del váter es el ejemplo más representativo. Cuando, ensimismados en el placer de la lectura, o sencillamente como artimaña para esquivar las responsabilidades del hogar, las visitas al “excusado” se prolongan en exceso, las partes blandas de la cara posterior de los muslos queda considerablemente comprimida, y no es extraño levantarse con una pierna “dormida”. Los vasa nervorum de nuestros ciáticos declaran así su sufrida insuficiencia.

Nervio peroneo común
Esta porción del nervio puede afectarse alrededor de la cabeza del peroné en relación con varios mecanismos.

  • Las inversiones forzadas en los esguinces de tobillo (Nobel 1966), en relación con la tracción brusca del nervio. 

  • El mantenimiento de la posición de sentadilla (o, para los más, modernos, de squat) (Koller & Blank 1980), que deja comprimido el nervio durante mucho tiempo. Es frecuente encontrar esta postura mantenida en fontaneros y mecánicos. Como vemos, no sólo el menisco padece con esta posición. 
  • La posición mantenida de piernas cruzadas (Stewart 1993), que deja al pobre nervio peroneo común literalmente esclafado entre peroné y rótula contralateral. De ahí la flagrante necesidad de cambiar “la pierna de arriba” constantemente. 

  • Escayolas (Mumenthaler & Schliack 1991), cuando comprimen demasiado la cabeza del peroné, u ofrecen el borde de la misma al nivel del nervio, suponiendo una constante irritación. Conociendo el cambio de volumen de la pierna que sigue al edema inicial tras traumatismo agudos que requieren este tipo de inmovilización, debemos estar atentos a la posición cambiante del yeso respecto a la flexura de la rodilla, para vigilar esta posible afectación del nervio. 

  • Espinilleras demasiado apretadas. Aunque no he encontrado autor que respalde esta situación, la experiencia clínica me ha animado a sugerirla. No son pocos los futbolistas que he encontrado con molestias en la cara lateral de la pierna y parestesias en el pie por apretarse “hasta las últimas consecuencias” las espinilleras.

6 Replies to “Patomecánica neural (I)”

Samuel: Samuel: ¡un balón intragástrico! Buff, échale imaginación para ver la relación. Las relacionadas con prótesis de rodilla últimamente me están llamando la atención por su frecuencia.
Si puedes aportarme bibliografía, bienvenida sea! gracias! 😉

Mi suficiencia investigadora fué sobre nervio ciático popliteo externo (casos en humanos y cirugía del ciático en ratas). Entre las lesiones descritas encontré: casos por botas de jardinero, casos en personas que hacen snow board por golpes directos con la tabla y por la postura. Y desde luego roturas de ligamentos en rodilla, y traumatismos por tráfico y toros. Los que más me llamaron la atención fueron los de las personas a las que les hacen cirugía bariátrica (comunmente reducción de estómago o balón intragástrico). Encontré tres casos en el hospital donde hacía la residencia, demasiado para ser casualidad y un par más en la literatura como casos aislado. No sé si esto sería por factores mecánicos: pérdida de grasa que protegía el nervio, o que de repente doblaban más la rodilla al perder volumen. O también factores quimicos y metabólicos por una ligera malnutrición provocada o algún cambio hormonal de la pérdida de peso. Encontré casos por encamamiento prolongado, incluso uno con una úlcera por presión en cabeza de peroné. También casos iatrogénicos en cirugía de prótesis de rodilla. Los más curiosos los de compresiónes por gangliones cerca de cabeza de peroné y por Shawnnomas. Si quieres bibliografía…

Arturo: que un nervio se deje asustar por la mecánica, cuando es una estructura tan maleable, me parece razonable, pero posiblemente, en muchas ocasiones, insuficiente. Una visión biopsicosocial vuelve a hacerse necesaria…
Un saludo!

Carlos: un escenario bastante común en el que aparecen neuropatías compresivas es el del encamamiento en decúbito supino con sueros y con la orden ¡no te muevas!. El cubital y el peroneo común quedan comprimidos contra el lecho. También es frecuente la afectación nocturna global del plexo braquial que provoca la anestesia de toda la extremidad superior, generalmente transitoria. En mi opinión, la vulnerabilidad del nervio a la compresión mecánica aumenta con la alerta somática aunque no he conseguido encontrar una explicación satisfactoria del por qué.

Saludos

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