Neurodinámica, una propuesta de la fisioterapia para el dolor neuropático
La neurodinámica es una técnica que utilizamos los fisioterapeutas en nuestros pacientes con afectación del sistema nervioso. Consiste en la aplicación de movimiento al tejido neural. Esta aplicación generalmente consiste en una técnica de terapia manual, directamente aplicada por el fisioterapeuta. Aunque también hablamos de neurodinámica al indicar al paciente la realización de determinados ejercicios activos.
La movilización del sistema nervioso, debidamente indicada y aplicada, consigue reducir la mecanosensibilidad neural. Cuándo una lesión del sistema nervioso es la fuente principal de molestias del paciente, este tejido generalmente se encuentra sensible. Por la inflamación, u otros mecanismos, la aplicación de presión o movimiento sobre los nervios reproduce síntomas en el paciente. En estos casos, la neurodinámica permite el diagnóstico y tratamiento de este componente del dolor neuropático.
Es este el uso habitual de la neurodinámica.
No obstante, en lesiones que afectan al sistema nervioso, muchas veces encontramos otras expresiones clínicas en vez o además del dolor. La pérdida de sensibilidad o de fuerza, como signos neurológicos negativos, es frecuente. Y no pocas veces los fisioterapeutas, tanto desde la vertiente más clínica como investigadora, nos hemos planteado si la neurodinámica ayudaría a mejorar estos signos.
Otros beneficios obtenidos con la neurodinámica: aumento y recuperación de la fuerza
La evidencia clínica nos ha sugerido desde hace tiempo que la neurodinámica resulta beneficiosa más allá de su efecto sobre la mecanosensibilidad neural. O quizás directamente relacionado con la resolución de la misma.
El caso es que pacientes a los que aplicamos movilización neural, en ocasiones mejoran en la recuperación de signos neurológicos negativos. Atribuirlo sólo a la movilización es imposible, pero es curioso ver como los pacientes sí reconocen que hasta recibir este tipo de técnicas no habían notado ese «saltito» en la recuperación de la fuerza.
Siempre he sido prudente, tanto a nivel clínico como docente, a la hora de interpretar estos cambios. He preferido esperar a nuestro rezagado campo de investigación para dar soporte, digamos más científico, a tal hecho. Creo que ya es momento de opinar con tal respaldo.
Gran parte de la investigación al respecto se ha llevado a cabo por fisioterapeutas brasileños. En 2010, Lopes et al. publicaron «Influence of muscle stretching and neural mobilization on the quadriceps muscle strength«. Demostraron que la movilización neural es efectiva para aumentar la fuerza del cuádriceps. De hecho, lo es en contrapartida con el estiramiento estático que la reduce.
Fueron publicándose a tal respecto otros artículos, entre los que destacaré el de Santos et al en 2014 «The neural mobilization technique modulates the expression of endogenous opioids in the periaqueductal gray and improves muscle strength and mobility in rats with neuropathic pain«.
En esta revisión «Electromyography activity and muscle strength after treatment with neural mobilization: a systematic review«, de 2016, el mismo equipo hace un repaso y actualización de la evidencia al respecto. Los resultados de esta revisión indican efectos positivos de las técnicas de movilización neural sobre:
- el aumento de la señal electromiográfica,
- el reclutamiento de las fibras musculares,
- el mantenimiento de la fuerza máxima de la muñeca y los músculos flexores de los dedos,
- el aumento de la fuerza del músculo cuádriceps y tibial y el músculo sóleo de las ratas sometidas a lesión del nervio ciático.
Trasladar la investigación a la clínica
Contamos pues con la neurodinámica como una nueva posibilidad de mejorar la fuerza muscular. Una técnica de aplicación tanto pasiva como activa que podría implementarse en los programas de rehabilitación de más pacientes, incluyendo aquellos con signos neurológicos negativos. Los autores de la revisión citada sugieren que quizás incluso en la práctica y readaptación deportiva.