La utilidad del uso de la educación, en concreto en neurobiología del dolor, como herramienta para tratar a los pacientes con dolor, está hoy en día científicamente demostrada.
El buen uso de los recursos pedagógicas es, sin embargo, asignatura pendiente para muchos profesionales sanitarios.
En Cuentos Analgésicos defiendo, a capa y espada, el uso de la metáfora como herramienta pedagógica. Y hoy me ha animado a recordar qué es y cómo funciona este recurso comunicativo, en concreto en relación con el mecanismo de búsqueda transderivativa.
La metáfora es un recurso lingüístico mediante el cual transmitimos una idea sin hacer una alusión directa a la misma. Mediante una palabra o frase, la metáfora hace referencia a un concepto que difiere del significado literal de dicha palabra o frase, facilitando muchas veces la vehiculización de dicho concepto al atento receptor.
Los símbolos y analogías, y demás formas de comunicación indirecta que implican algo más allá de su significado obvio e inmediato, son de uso general para la enseñanza de costumbres, valores y normas sociales. El campo de la psicología ha hecho en ocasiones uso clínico de la metáfora a la hora de orientar los trastornos psicológicos leves que afectan al niño, como la agresividad, enuresis (mojar la cama), fobias, morderse las uñas, chuparse el pulgar,…Ante el símbolo, la mente indaga para explorar su significado, y se encuentra con ideas a las que no llegaría mediante un razonamiento consciente.El poder de las analogías como método de comunicación es enorme, y permite que cada persona comprenda los conceptos según su propio grado de crecimiento y madurez. Cuando un niño escucha una historia, asocia lo que oye, continuamente, con sus propios recuerdos; conecta su experiencia del relato con los sucesos del pasado que alberga en su memoria.
El símbolo, de esta forma, se convierte en una potente herramienta comunicativa, y el mensaje consigue personalizarse en el receptor más allá de lo que, muchas veces, puede hacer una explicación racional.
A este proceso, que tiene lugar de forma inconsciente, se le denomina búsqueda transderivativa.
Un proceso que, cuando intentamos enseñar sin que el paciente se entere de que está aprendiendo, resulta considerablemente oportuno.