osteon seguridad carlos lopez cubas
enero 4, 2021

Más seguridad para los meses que se avecinan

Unos meses complicados por venir

A estas alturas, pocos dudarán de que el primer trimestre del año va a ser duro. Resultado en gran parte de la irresponsabilidad de muchos, la diseminación de la infección cursará con la multiplicación de casos de COVID. Habrá muchas personas que enfermarán ahora, varias que fallecerán, y bastantes más que desarrollarán secuelas cuya naturaleza estamos empezando a conocer. Y a la morbilidad se le sumarán los efectos colaterales de tantos pacientes cuyos tratamientos se han suspendido por la saturación de los recursos sanitarios públicos.

Muy posiblemente, se impondrán medidas por parte de nuestros varios y variados gobernantes. Muchas de ellas ya las conocemos, como las diferentes formas de confinamiento, cierre de locales de fomento del alcohol de ocio y hostelería y sugerencias de dejar de reunirse con la familia para comer.

La vacuna, gracias al esfuerzo de muchos de los que no salen en la tele, ya está ahí. Diferentes países, entre ellos España, han iniciado la campaña de vacunación, que poco a poco ayudará a frenar los contagios. Pero, desafortunadamente, y por razones cronológicas, es improbable que su efecto llegue a mitigar la situación de los próximos meses. Eso sí, nos vacunaremos, como sanitarios, lo antes posible.

Ante este panorama, es imperativo el esfuerzo de todos y cada uno de nosotros, por hacer que estos meses impere la prudencia y la razón. En nuestro caso, este esfuerzo sigue siéndolo tanto a nivel personal, como a nivel de la clínica.

OSTEON y la inversión en seguridad

Desde marzo, en la clínica empezamos a trabajar a fondo por la seguridad. Y, la primera medida en esos momentos, fue reconocer no estar preparados y cerrar el centro.

Durante 2 meses, estudiamos lo que se iba conociendo en relación con la forma en que éramos capaces de protegernos del virus. Y, dada la poca eficacia de los tratamientos, invertimos en prevención.

Cuando fue posible, por razones de disponibilidad, y a nivel ético (ya que lo importante era esperar a que los hospitales dispusieran de ello), adquirimos las EPIs (equipos de protección individual) necesarios para poder trabajar con seguridad: mascarillas FPP2, pantallas faciales, gorros y batas. Vaciamos prácticamente la clínica y reorganizamos las estancias y el mobiliario para hacer más fácil su limpieza y desinfección con frecuencia. Adquirimos un autoclave para esterilizar y desinfectar material. Preparamos los desinfectantes con lejía y alcohol tal como se recomendaba para mantener las superficies constantemente libres de virus.

Carlos López Cubas OSTEON seguridad

Con todo preparado, instauramos unos firmes protocolos de acceso, trabajo y limpieza. Lo comunicamos, y empezamos a trabajar.

Conforme avanzaba el conocimiento acerca de los mecanismos de infección por el coronavirus, principalmente su capacidad de comportamiento como aerosol, se hizo cada vez más importante el efecto de la ventilación de las estancias. Y para optimizar la protección frente a esta vía de infección, hicimos un estudio de cada sala. Para ello, reprogramamos nuestro sistema de ventilación forzada. Este sistema, independientemente del climatizador del centro, es un sistema que se encarga de renovar el aire de la clínica, introduciendo constantemente, con un caudal controlado, el aire filtrado proveniente del exterior.

Mediante el uso de un medidor de CO2, comprobamos la eficacia del sistema de ventilación forzada. Pero, para asegurar, sobre todo en la sala polivalente, una mayor renovación del aire, decidimos aumentar las posibilidades de ventilación mediante aperturas directas. En la puerta de recepción sustituimos una cristalera por un ventanal abatiente. Y, en la sala polivalente, abrimos una ventana oscilo-abatiente directamente a la calle. Con ello, garantizamos que el aire de todas las estancias de la clínica está siempre renovado.

Mantenemos los protocolos de acceso, de forma que los pacientes vienen sin acompañante, entran puntualmente a su hora evitando cruzarse con otros pacientes, siempre con mascarilla, y entran a la sala que ha sido desinfectada por su fisioterapeuta.

Y, durante estos próximos meses, continuaremos invirtiendo fuerte en seguridad.

Y seguiremos invirtiendo en educación para aportar todo lo que podamos y superar esta etapa.

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