diciembre 12, 2010

La neurociencia y la física cuántica nos acercan el futuro

Esta tarde he leído algo acerca de Jean-Pierre Garnier Malet, padre de la teoría del desdoblamiento del tiempo. Hace un mes, Ima Sanchís, en el diario la vanguardia, entrevistó a este físico, para intentar acercar al fácil entendimiento los entresijos de esta teoría, publicando dicho intento en el artículo «Nosotros, como el tiempo, también nos desdoblamos»(Os he reproducido el artículo al final del post, porque en ocasiones estas páginas reubican su material y después se complican las cosas)

Dentro de lo que tras dos leídas he podido entender, y lejos de hacer lecturas sensacionalistas, he creído entrever un guiño al mecanismos de copia eferente, con el que sí estoy más familiarizado. Y me ha apetecido compartir mis impresiones.

Intentaré razonar, a partir de las explicaciones de Arturo Goicoechea, el mecanismo neuronal de copia eferente. Os recomiendo leer la historia del grillo que no podía cantar porque se oía su cri-cri, en su blog, para un mejor entendimiento de esta idea.
Más bien, y si tenéis algo de tiempo después de la sobrecarga de este post, pasearos por todas las entradas que el autor dedica a este concepto. (y veréis que bien quedáis en las reuniones familiares nadalencas explicando porqué uno a sí mismo no puede hacerse cosquillas).

Gracias al mecanismo de copia eferente, el cerebro conoce, de antemano, las consecuencias de las acciones que decide poner en marcha, y conoce la relevancia de las mismas. De esta forma, los efectos que producen estas acciones quedan filtrados con respecto a la consciencia, no dejan que la consciencia reciba un informe de lo acaecido tras las acciones puestas en marcha. No se les presta atención, como si no sucediera nada.

La copia eferente es un circuito neuronal según el cual el cerebro filtra las consecuencias de las acciones propias. Este filtro, justificado ante la previsibilidad de la respuesta en base a experiencias anteriores, no interfiere la recepción de los estímulos generados por acciones ajenas o por sucesos no esperados y controlados: al meter la mano en el cajón para coger unos calcetines, no seremos conscientes del roce del resto de ropas o de la resistencia de las guías del cajón, pero sí nos enteraremos si entre los calcetines se encuentra un reloj y lo rozamos en la búsqueda de los calcetines.

Sumando ideas, uno piensa en hasta qué punto somos libres de nuestros actos. No filosóficamente hablando, tan sólo neurológicamente (y, en este caso, incluso físicamente).
Nuestro cerebro graba programas motores, y también graba las consecuencias lógicas de ellos. ¿qué pintamos en todo ello? Quiero decir, ¿cuanto de todo lo que nos ocurre es reportado a nuestra consciencia? Es más, ¿cuanto de todo lo que hacemos en respuesta a ello proviene de la consciencia? Ante los problemas, el cerebro, en un proceso ajeno a nuestra consciencia, (es decir, del que no nos enteramos), hace su análisis, revisa sus registros, nuestras necesidades homeostáticas, valora las posibilidades y anticipa las posibles consecuencias de las posibles respuestas, y nos sugiere la respuesta más probablemente exitosa. Poco después (milisegundos quizá), nosotros hacemos algo, seguros de que somos nosotros los que conscientemente hemos tomado esa decisión. ¡cuando en realidad casi toda la faena la ha hecho nuestro cerebro!
Es más, creo recordar que algún estudio en el que se preguntaban capitales de países y esas cosas a diferentes sujetos, se daban respuestas más acertadas cuando el trasfondo cognitivo era teóricamente menor (europeos acertaban las capitales de estados américanos con más éxito que los propios americanos), es decir, cuando se respondía porque era lo que a la gente «le sonaba», más que cuando se pensaba concienzudamente en ello. Vamos, que cuando uno se concentraba en exceso para tomar la decisión de optar por una u otra respuesta, parece ser que metía más la pata que cuando dejaba a la intuición tomar el control.
El cerebro (cuando funciona en un estado de control, con corrección) tiene mucha información para decidir lo más acertado, y nuestra intervención consciente puede que no siempre haga un aporte óptimo…

Así pues, nutramos bien al cerebro para que nos sugiera bien qué decidir…



«Nosotros, como el tiempo, también nos desdoblamos»

PUBLICADO EN EL PERIÓDICO «LA VANGUARDIA», principal diario de Catalunya
Jean-Pierre Garnier Malet, padre de la teoría del desdoblamiento del tiempo
IMA SANCHÍS  – 09/11/2010
Tengo 70 años. Vivo en París. Casado, 2 hijos y 3 nietos. Soy doctor en Física, mi especialidad es la mecánica de los fluidos. La política debe sustentarse en la tolerancia. Tengo la certeza de que hay que pensar en los demás como nos gustaría que los demás pensaran en nosotros
Su teoría ¿está avalada por la ciencia? 
La respetada revista American Institute of Physics de Nueva York y su comité científico la han validado publicándola en el 2006 porque es una teoría que ha permitido, primero, prever, y luego, explicar la llegada de planetoides al sistema solar. ¿Quiere que le explique para qué sirve la ley del desdoblamiento del tiempo? 
Sí, pero sencillito. 
Tenemos dos tiempos diferentes al mismo tiempo: un segundo en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en otro tiempo imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente. 
¿Y todo eso sin enterarnos? 
Exacto. Tengo una síntesis instantánea de un análisis que he realizado en otro tiempo aunque no tenga la memoria de ello. 
¿Así funciona el tiempo? 
Sí, en cada instante presente tengo un tiempo imperceptible en el cual fabrico un futuro potencial, lo memorizo y en mi tiempo real lo realizo. 
¿? 
Tenemos la sensación de percibir un tiempo continuo. Sin embargo, tal como demuestran los diagnósticos por imágenes, en nuestro cerebro se imprimen solamente imágenes intermitentes. Entre dos instantes perceptibles siempre hay un instante imperceptible. 
¿Como en el cine, que sólo vemos 24 imágenes por segundo? 
Sí, la número 25 no la vemos, es subliminal. En publicidad se ha utilizado ese tipo de imágenes para influir con éxito en nuestro comportamiento, lo que ha mostrado que lo subliminal es accesible a nuestra memoria. El desdoblamiento del tiempo ha sido probado científicamente y la teoría ha dado justificaciones a escala de partículas y a escala de sistema solar. 
Tenía entendido que las leyes de la cuántica no se aplicaban a las cosas grandes. 
El fenómeno del desdoblamiento del tiempo nos da como resultado el hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real. 
¿Nuestro otro yo cuántico crea nuestra realidad? 
Podríamos decir que entre el yo consciente y el yo cuántico se da un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se llama hiperincursión y está perfectamente demostrada. 
¿Estoy desdoblada como la partícula?
 Sí. Y sabemos que, si tenemos dos partículas desdobladas, ambas tienen la misma información al mismo tiempo, porque los intercambios de energía de información utilizan velocidades superiores a la velocidad de la luz. ¿Conoce el principio de los gemelos de Langevin? 
No. 
En los años 20, Paul Langevin demostró que si un gemelo viajaba a la velocidad de la luz, envejecía menos que el que se quedaba quieto. A Langevin no le creyeron. Hubo que esperar 50 años: en 1970, gracias a los relojes atómicos, se comprobó esa ley. 
Entonces, en ese tiempo imperceptible pasó mucho tiempo. 
Exacto: si puedo viajar a velocidades prodigiosas, un microsegundo se convierte en un día entero. Cuando regreso, no sé si me he ido, puesto que he estado ausente un microsegundo. 
Estupenda propiedad, ¿pero quién es el que viaja?, ¿yo? 
Existe otra propiedad conocida en física: la dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias. 
¿Y cómo asimilamos esa información? 
En el sueño paradoxal, cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se da el intercambio entre el cuerpo energético y el corpuscular. Y es ese intercambio el que le permite arreglar el futuro que ha creado durante el día, lo que hace que al día siguiente su memoria esté transformada. 
Vaya. 
El intercambio se realiza a través del agua del cuerpo. Ese intercambio de información permanente es el que crea el instinto de supervivencia y la intuición. 
¿Fabricamos potenciales por medio de nuestro pensamiento? 
Así es. Si por ejemplo pienso en una catástrofe, ese potencial ya se inscribe en el futuro y puede sufrirla usted u otro. De manera que la conclusión es: «No pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti». No es una ley moral ni filosófica, es una ley física. 
Es difícil controlar el pensamiento. 
De día, mucho; pero justo antes de quedarnos dormidos tenemos un minuto, y basta con que durante ese minuto controlemos: esa es la manera de conectar con esa parte energética, llamémosla el doble, para pedirle que solucione los problemas. 
¿Es como una oración? 
No: es una relación, y hay que dejar totalmente las riendas al otro; las noches están para eso. La noche no sólo permite borrar potenciales no deseados, sino que también nos guía los pensamientos del día siguiente. 

2 Replies to “La neurociencia y la física cuántica nos acercan el futuro”

Realmente interesante, sí señor! Ojalá pudiéramos acceder fácilmente a ese minutito de conexión con el cerebro para influir en sus decisiones! Enhorabuena por la entrada!
maimai

Una gran entrada Carlos!!!. Es increible ver como la neurociencia nos ayuda a entender muchas cosas y como poco a poco vamos conociendo un poco más al cerebro…en este caso, la «física cerebral»…Esta entrada me recuerda a las teorías de Mariano Sigman sobre la complejidad del cerebro, incluso en los primeros meses de vida…Me ha encantado esta entrada y eso que todavía no les he echado un vistazo a los enlaces…Así que mañana mismo me pongo a verlos!! y así enriquezco mi cerebro para este fin de semana. Un abrazote enorme!!

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