febrero 14, 2009

Dolor crónico

Clásicamente se ha pensado en dolor crónico como aquel que cumplía unos criterios de permanencia en el tiempo, algo así como aquel dolor que dura más de 3 meses. Actualmente, al referirse al dolor crónico hablamos de aquel dolor que permanece más allá de los plazos de curación normales de los tejidos involucrados.

El dolor crónico no se atribuye a los tejidos periféricos. Su causa no es la descarga de estímulos nociceptivos desde las zonas lesionadas en proceso de cicatrización y remodelación (un ligamento del pie tras un esguince, un hueso de la muñeca tras una fractura, un tendón del codo después de un sobreesfuerzo). El origen del dolor en estas circunstancias se relaciona más bien con un proceso de sensibilización central, un mecanismo por el cual el Sistema Nervioso amplifica las señales que le llegan y las interpreta reactivando los procesos memorizados de dolor.
El tejido involucrado en el caso de, por ejemplo, un dolor crónico de la mano, no son los músculos, articulaciones, nervios periféricos, tendones,… de la mano, sino el tejido del Sistema Nervioso Central encargado de recibir la información de esta zona, procesarla y generar una respuesta. Es un error de representación central de la zona y de los mecanismos de control del dolor, y la labor del fisioterapeuta en estos casos es volver a equilibrar estos circuitos neuronales para devolver la situación de percepción normalizada del dolor.

El trabajo del fisioterapeuta en estos casos es áltamente específico, y utiliza técnicas como:

  • educación acerca de los mecanismos del dolor,
  • dosificación de las actividades,
  • ejercicios de reconocimiento de la lateralidad,
  • trabajo con espejos,
  • ejercicios de visualización de movimientos,…

Y en elación con ese primer punto, como complemento de la educación, respaldo uno de los grandes objetivos de este blog.

Y eso sigue siendo fisioterapia.

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