marzo 16, 2016

Dolor crónico y ejercicio físico

Hará año, con el título ¿Hacer ejercicio, no hacer ejercicio, o cómo hacer ejercicio en pacientes con dolor crónico? Aplicando la ciencia a la práctica (1), se publicó una revisión narrativa en relación con la conveniencia de la práctica de ejercicio físico en pacientes con dolor crónico.

El ejercicio como estrategia terapéutica en pacientes con dolor crónico

El ejercicio ha demostrado ser una estrategia terapéutica efectiva en diferentes trastornos crónicos musculoesqueléticos, que incluyen:

  • dolor cervical crónico
  • artrosis
  • cefalea tensional crónica
  • migraña
  • fibromialgia
  • dolor lumbar crónico

No obstante, y dados los múltiples mecanismos implicados en el dolor crónico, una correcta dosificación del ejercicio físico es necesaria, atendiendo a varios criterios que exigen una precisa individualización del programa.

 

Ejercicio aeróbico y dolor crónico

En individuos sanos, el ejercicio aeróbico de intensidad suficiente, en concreto de alrededor de 200W o del 70% VO2max (cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede absorber, transportar y consumir en un tiempo determinado), activa la inhibición del dolor, prolongándose el efecto analgésico hasta 30 minutos después de la práctica del ejercicio.

No obstante, en algunos pacientes con dolor crónico, el sistema de inhibición descendente del dolor, mecanismo por el cual se obtiene esa inhibición del dolor post-ejercicio, no funciona correctamente. Son pacientes en los que el ejercicio puede condicionar una hiperexcitabilidad del sistema nervioso y una exacerbación del dolor.

En estos casos, se recomienda optar por ejercicio de tipo aeróbico, más que el trabajo muscular excéntrico o isométrico, ya que estas dos últimas opciones tienden a aumentar la hiperexcitabilidad del sistema nervioso central. Los ejercicios realizados en partes preferentemente no dolorosas del cuerpo pueden también tener efectos para aliviar el dolor en pacientes con mialgias mediante la reducción de la sensibilidad al dolor en los músculos dolorosos. Por último, los regímenes de entrenamiento de baja intensidad pueden resultar favorables en pacientes con fibromialgia, para evitar exacerbaciones innecesarias de dolor.

En cuanto al dolor de cabeza crónico, el ejercicio aeróbico es la mejor opción en la profilaxis de la migraña, mientras que los ejercicios específicos cervicales y de hombro son una mejor opción en el caso de las cefaleas tensionales.

En cuanto a la recuperación tras la práctica de ejercicio físico en pacientes con dolor crónico, existen otros aspectos a atender, relacionados con la disfuncionalidad de la respuesta al estrés de estos pacientes. El sistema de respuesta al estrés disfuncional supone un retraso en la recuperación después del ejercicio, hallazgo que se evidencia en los pacientes con síndrome de fatiga crónica y fibromialgia, lo que exige una atenta aplicación de las directrices anteriores en las intervenciones basadas en ejercicio físico para los pacientes con dolor crónico.

Como vemos, el dolor crónico no es una excusa para evitar hacer ejercicio físico.

Es más, bien indicado y administrado, el ejercicio físico va a resultar beneficioso en pacientes con dolor crónico.

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  1. Clin J Pain. 2015 Feb;31(2):108-14. doi: 10.1097/AJP.0000000000000099. Exercise, not to exercise, or how to exercise in patients with chronic pain? Applying science to practiceDaenen L1, Varkey E, Kellmann M, Nijs J.

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