Escribí «Cuentos Analgésicos» pensando en los niños. Lo hice en un momento en que varias circunstancias me animaron a ello. Eran mis inicios como fundador de la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor (sefid). A su vez, eran muchos los pequeños pacientes con dolor disfuncional que empezaba a tratar en osteon. Y, por otro lado, me disponía a ser padre, con un cúmulo de preocupaciones ante la responsabilidad venidera.
Al revisar la obra para su reciente re-edición, surgieron nuevas inquietudes. Y la adolescencia, reto que como padre afronto desde hace no mucho, ha sido uno de ellos. Me apetecía compartir mis reflexiones al respecto, así que ahí van.
¿Qué es la adolescencia, hoy?
Aunque biológicamente la adolescencia es el periodo comprendido entre los 8 y los 18 años, la realidad actual es que psicosocialmente esta franja de edad es mucho más amplia.
Empieza antes, mucho antes. Expertos estipulan como edad de inicio de la transición de infancia a adolescencia los 8 años. Aunque muchos padres se contenten con la idea de que es así porque son más maduros, me temo que no es así. Lo cierto es que es el mercado, el consumo el que ha forzado está anticipación. ¿por qué esperar a vender móviles a los chavales de 16 años si puedes hacerlo a los de 8?
Las razones que permiten que la adolescencia se alargue son de índole fundamentalmente económica. El acceso al trabajo y la vivienda es más difícil. La emancipación se hace más complicada. Hablamos de adolescentes hasta los 29 años. Aunque la renovación del sistema de valores también tiene mucho que ver.
El adolescente es y será rebelde y un tanto impertinente. Está forjando su yo, algo lleno de complejidades, y todo le incomoda, demasiados cambios, demasiados desafíos para una cabezota que hace lo que puede en un maremágnum hormonal. Hasta aquí, todo normal… al menos habitual.
Pero el adolescente 2019 añade a ello un apego a ciertos valores que representan una novedad. El reportaje de Susana Pérez Soler a tal respecto en la revista de la Blanquerna de junio de 2018 los resume de forma ejemplar. Unos valores que además están implantándose en la edad adulta y, por tanto, en el resto de la sociedad.
La inmediatez, el maximalismo, el maniqueísmo, la impaciencia y la impulsividad son valores no sólo del adolescente actual, sino además valores adoptados por extensión en el adulto.
Susana Pérez Soler
¿Puede que esté afectando esto a la forma en que se experiencia el dolor?
¿Es el adolescente de hoy más proclive a un dolor caprichoso y disfuncional?
El dolor es tan común durante la infancia como en la adolescencia
Las afecciones musculoesqueléticas no son únicas para la población adulta. Tampoco lo son otras situaciones relacionadas con los diferentes mecanismos de dolor. El dolor crónico persistente y recurrente es frecuente en los adolescentes, y debe ser reconocido como un problema de salud importante en esta población.
El dolor que más comúnmente refieren los adolescentes es el dolor de espalda. Su permanencia durante un mes está presente en el 18-24% de los adolescentes.
El dolor durante la adolescencia tiene un efecto perjudicial sobre la actividad física, la calidad de vida relacionada con la salud, la ansiedad. Se relaciona con absentismo escolar y limita la participación en aficiones y actividades sociales. Puede a su vez causar alteraciones en el apetito, el sueño y la salud mental.
Un hecho preocupante es que las tasas de prevalencia de dolor infantil han aumentado en las últimas décadas.
¿Qué adolescentes desarrollarán dolor?
Sería de gran utilidad poder prevenir qué niños, qué adolescentes, y en general qué personas van a desarrollar un dolor persistente o disfuncional a partir de una experiencia inicial de dolor.
Los artículos publicados por Holley tratan la pregunta de quién desarrollará dolor persistente y qué caracteriza a los niños que todavía experimentan dolor después de 4 meses.
Clinical phenotyping of youth with new-onset musculoskeletal pain: A controlled cohort study
Amy Lewandowski Holley, PhD,a Anna C. Wilson, PhD,a Elise Cho, BS,b and Tonya Palermo, PhDc
Amy Lewandowski Holley, PhD,a Anna C. Wilson, PhD,a and Tonya M. Palermo, PhDb
No intentaré resumir la contribución de estos autores, dada su extensión e importancia. Tan sólo, como pinceladas, adelantaré que han mostrado cómo la prueba de modulación del dolor condicionado (CPM) semanas después del inicio del dolor se asocia con un mayor riesgo de desarrollar dolor persistente. Es más, esta asociación se mantiene después de ajustar la intensidad del dolor y los síntomas depresivos, lo que indica una asociación independiente entre la CPM disminuida y el riesgo de dolor después de 4 meses.
¿El dolor durante la adolescencia provoca dolor durante la edad adulta?
Efectivamente, el dolor durante la infancia y la adolescencia aumenta el riesgo de dolor crónico durante la edad adulta. La relevancia de esta afirmación es enorme. Sugiere que algunos estados de dolor crónico pueden tener su génesis en la adolescencia temprana.
La detección precoz y la identificación de los adolescentes con un alto riesgo de dolor en el futuro resulta pues fundamental. Uno de los grandes retos diagnósticos. Un modelo pronóstico ayudará a dirigir el tratamiento a quienes más lo necesitan y así reducir la carga de dolor persistente.
Quizás no resulta sencillo, y más tratándose de un colectivo tan sujeto a cambios. Pero, reitero, es por ello un gran reto.