octubre 18, 2011

Dianas de la Terapia Manual

Los fisioterapeutas, como profesionales del movimiento, tratamos muchas veces disfunciones musculo-esqueléticas o somáticas, que encontramos a partir de la anamnesis y exploración de nuestros pacientes.

Vamos a intentar desglosar la disfunción somática, algo así como la diana terapéutica de muchas de nuestras actuaciones de terapia manual, desde cuatro perspectivas. 

  • Disfunción articular. Desórdenes artrocinemáticos que propician disfunción de movimiento activo y pasivo, con reducción de los movimientos angulares y accesorios de las articulaciones. 
  • Disfunción muscular. Alteraciones del tejido contráctil encargado del movimiento activo de las palancas osteoarticulares, manifestado muchas veces en forma de zonas contraídas e hipersensibles del vientre muscular. 
  • Disfunción de control motor. Modificaciones en la función y el orden de reclutamiento muscular, relacionados con un mal control neuromotor de la postura y el movimiento. 
  • Disfunción neural. En relación con problemas patomecánicos neurales, en los que la cobertura conjuntiva del Sistema Nervioso, o el propio amasijo de células neuronales contenidas, cambia su umbral de respuesta y participa en la clínica del paciente. 

Sería bonito (por sencillo) que todo acabara aquí, y que identificando el tejido fuente tuviésemos el problema resuelto, orientando indefectiblemente nuestras acciones terapéuticas. Pero no es así.

Hay que pensar en patomecanismos, no sólo en porciones de anatomía. 
Por un lado, debemos identificar los mecanismos en marcha en los tejidos de nuestro paciente; ¿tenemos un proceso inflamatorio, una fase proliferativa, nos encontramos con una reparación excesivamente fibrótica,…? 
Y por otro, y quizás más importante, tenemos que conocer los mecanismos de dolor presentes en la clínica que nuestro paciente nos presenta; ¿el dolor es de origen inflamatorio o isquémico, y por tanto de carácter nociceptivo, o más bien tenemos delante una expresión de dolor neuropático periférico,… o los síntomas del paciente tienen un origen malinterpretativo cerebral y estamos ante un proceso de sensibilización central?
 
Para ello tenemos una herramienta indispensable, a mimar con cariño todo fisioterapeuta que se precie, que es el razonamiento clínico. Una habilidad que exige mente abierta, agilidad mental y disciplina, junto a una capacidad de valoración de las causas y efectos lógica y metódica. 

Una atención esmerada no sólo a la disfunción y a la fuente, sino también a los patomecanismos, y a los factores contribuyentes, y a las contraindicaciones, las precauciones, la anticipación del pronóstico y de los efectos del tratamiento.

En fin,… pensar.

6 Replies to “Dianas de la Terapia Manual”

Mientras mas aprendemos y nos interesamos por saber e investigar, como dicen mis profes: «Afinamos el ojo clínico» ………. Para ello tenemos una herramienta indispensable, a «mimar con cariño todo fisioterapeuta que se precie» 😉 que es el Razonamiento Clínico. Una habilidad que exige mente abierta, agilidad mental y disciplina, junto a una capacidad de valoración de las causas y efectos lógica y metódica.

Genial publicacion! Super like!! =) Saludos A todos los fisioterapeutas 🙂 que amamos lo que hacemos, lo que logramos y no nos rendimos =)

Carlos, FisioQuiroya y Océano Mar, gracias por vuestros comentarios.

Océano Mar: en efecto, razonar es una habilidad cognitiva de relación, no sólo pensar, pero si no la trabajamos, el carácter inteligible que escapa a la consciencia del razonamiento no aparece por generación espontánea. Es casi la actitud mental, y asumir que supone un esfuerzo, lo que quería comunicar.
Me ha encantado tu aporte, y en relación con lo de «profesionales del movimiento», el dejarlo caer no ha sido nada casual; hacía tiempo que no hablaba en estos términos, y de tanto hablar de razonamiento y dolor, quería dejar clara la naturaleza de la fisioterapia para evitar que la gente se asuste, creo que me comprenderás…

Buena entrada Carlos, me parece interesante tu conceptualización de «disfunción somática» (mucho más amplia que la clásica) y la taxonmía que derivas de este modelo.

No obstante me gustaría añadir bajo mi humilde opinión algo sobre el «razonamiento clínico»: creo que este término, últimamente tan de moda, no sólo es equivalente a PENSAR, ni siquiera saber pensar en términos lógicos sobre causas y consecuencias, sino que se trata de una habilidad cognitiva y metacognitiva capaz de relacionar nuestros conocimientos (incluidos los de causalidad y los de correlación) con las las manifestaciones o presentaciones clínicas de nuestro paciente en cada momento. El epíteto «clínico» del palabro es muy importante y hace alocución precisamente a eso.

Un saludo!

PD: Enhorabuena por tu libro!!
PD2: Me gusta cómo comienzas las entrada refiriéndote a los fisioterapeutas como «profesionales del movimiento». A ver si va calando… 😉

Muy buena entrada Carlos. ¡Me encanta! Creo que el razonamiento clínico es algo que se olvidan de explicar en la carrera. También algo que vas entrenando con los años de experiencia. Pero hay que tener unos conceptos claros.

Pero pensar va caro hoy en día. Y según nuestros «superiores», no nos pagan por pensar. Y así nos luce el pelo.

Este es el tipo de resumen con el que habría que empezar la carrera. Y no con cinesiterapia.

Espero que muchos novatos (y algún veterano) encuentren esta entrada tan esclarecedora como es. Y que a continuación, pregunten.

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