octubre 28, 2009

De Quervain, ¿de qué?

La tendinitis de De Quervain es un espécimen adorado por los diagnosticadores tipo Lucky Luke. Aquellos que a la tercera palabra del paciente, y observando a dónde apuntan en su cuerpo, deducen a la velocidad del rayo la etiopatología del asombrado sufriente.
El tendón efectivamente puede inflamarse, y si se relaciona con el pulgar y su compleja y sofisticada solicitación mecánica, con más razón. No obstante, son pocos los cuerpos tan torpes e incompetentes como para dejar que dicha inflamación se pose de forma eterna sobre el tendón.
Un razonamiento clínico coherente indagará, antes que la porción de anatomía afecta, el mecanismo fisiopatológico y del dolor en curso. Y con la paciencia y dedicación que ello supone, muy posiblemente dejará de encontrar tendinitis en todo pulgar doliente.
Un test de Finkelstein positivo, muy a pesar de todos aquellos que se enorgullecen de la provocación de dolor con el mismo, no es patognomónico de nada. Es sugerente de varias cosas, que podríamos resumir en aquellas que pueden hacer responder al Sistema Nervioso Central a la tensión real o potencial de todas las estructuras relacionadas con la zona, y a la interpretación

que haga de dicha información.
Una de las estructuras que pueden incomodarse con este gesto, además de los socorridos tendones del pulgar, es el tejido nervioso de la zona. Más específicamente, la rama superficial del nervio radial, o en ocasiones alguna ramita del nervio musculocutáneo. Y es lícito recordar que no tendrá porqué aparecer como defecto de conducción en el EMG.
Bien el tejido conjuntivo de los mismos, bien las zonas generadoras de impulsos anormales (AIGS) que puedan haberse desarrollado en el mismo, pueden alarmar al cerebro en respuesta a la tensión.
Sin ánimo de entrar en concreciones de los tests neurodinámicos específicos de cada rama nerviosa, recordaré tres detalles que pueden dirigir nuestro razonamiento hacia la implicación del tejido nervioso periférico:
  • Con flexión de codo, el test de Finkelstein es positivo, y la respuesta de dolor aumenta con la extensión de codo (más tensión neural).
  • El test de Finkelstein es positivo, y el dolor desaparee con la elevación del muñón del hombro de codo (menos tensión neural).
  • Si el paciente refiere más dolor andando que corriendo: al andar, el brazo se dispone en más extensión y rotación interna que corriendo. Curioso, ¿no?

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