octubre 16, 2012

¡A callar!

Muchas actuaciones que los fisioterapeutas ponemos en práctica, tienen como finalidad mandar a callar al cerebro.

Hace años, entre técnicas de, idealmente, impoluta artrocinemática , la formación de osteopatía nos proponía la técnica de Jones, y otras técnicas funcionales que, lejos de pelear contra las barreras que impiden los movimientos, proponen la búsqueda de una posición de silencio neurológico, una llamada a la calma, a un estado sin dolor ni otro tipo de molestia, en el que una relativamente corta permanencia potencialmente debe solventar los síntomas.

Mulligan también pretende modificar, manualmente o con la cincha (que según mis pacientes es un cinturón de seguridad del coche con hevillas), los inputs que llegan al cerebro alrededor de una determinada zona, pero en esta ocasión para convencer a este cerebro alarmista y quisquilloso de que puede ordenar la ejecución de un movimiento libre de dolor.

Diane Jacobs y su dermoneuromodulación nos enseña a manipular, con lentos y amables movimientos, los tejidos más superficiales, para animar a los nervios cutáneos, algo más liberados de tensiones y empujones, a bajar el volumen de sus aclamaciones.

Podría seguir con los ejemplos, e incluso inmiscuirme en la neurofisiología detrás de los mecanismo que justifican esta analgesia, pero me apetece más terminar la entrada con la verbalización de las instrucciones que mandamos al cerebro cuando aplicamos una de estas técnicas:

  • ¿No ves que la estás liando, campeón?, ¿no ves que no hace falta gritar tanto ni ser tan miedoso? Mira como no pasa nada, con esta pequeña ayudita has estado tranquilo, no se ha derrumbado ni una pequeña porción del cuerpecito que con tanto esmero sobreproteges… Hála, fiera, convéncete de que todo va bien,… ahora a callar y a dejar a la gente en paz.

 

8 Replies to “¡A callar!”

En comentarios en una entrada en mi blog, el señor @jorge_ze utiliza una expresión en un comentario que resume perfectamente esto que estás contando. Y es que lo que hacemos, como él dijo, son «demostraciones funcionales a cerebros asustado».

Genial entrada.

Me ha encantado la verbalización, porque le dices al cerebro que «coño que tampoco es para tanto, así que deja dde quejarte». Ya que los puristas de la técnica de Jones (lo digo porque me la dieron hace relativamente poco en la formación de osteopatía) dicen el silencio neurológico, pero eso no existe ni de coña, aunque no haya dolor, sigue habiendo aferencias (se que tu lo sabes de sobra ;))

Un saludo, y no simplificas…. simplemente no hablas de más

@fisiostyle SAMUEL GIL

En un equipo de 20 remeros, 4 no reman y cuando llevan tiempo remando los que reman empiezan a quejarse cansados del timonel que exige el esfuerzo de 20. ¿Seria la solución del timonel hacer callar a los que reman?. Los que no reman estan silenciosos, sin decir nada.

Carlos López Cubas

No siempre hay que hacer callar, por eso empecé la entrada diciendo «Muchas actuaciones que los fisioterapeutas ponemos en práctica, tienen como finalidad mandar a callar al cerebro.» Cuando reeducamos el control motor, por ejemplo, lo que hacemos es pegar un grito y espabilar a esos 4 remeros gandules tuyos, ¿no?

Si a un piloto de coches se le desincha la rueda derecha, el piloto debera mantener el volante hacia la izquierda para mantener recta la direccion del coche. Así es como creo que debe ser la reeducación del control motor, pero no hincha la rueda. Una vez, hinchada la rueda, se deberia reeducar al piloto acostumbrado a manterner el volante a la izquierda a que lo vuelva a poner neutro para ir recto. ¿ Qué opinas?

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