Problemas musculares: contracturas, roturas, puntos gatillo…

El músculos es con frecuencia fuente de síntomas. Las formas y denominaciones de la lesión muscular son múltiples. Contracturas, roturas fibrilares, puntos gatillos, distensiones, sobrecargas…

Disfunción Muscular OSTEON Alaquàs Fisioterapia Carlos López Cubas

Contracturas musculares

La contractura muscular es un acortamiento o contracción mantenida del músculo. El estado de contractura deja a la totalidad o algunas fibras musculares en constante tensión. La función del músculo es contraerse, pero también dejarse estirar, y mantener un tono o turgencia determinado. El estado disfuncional de contracción interfiere estas funciones.

Muchas veces, la contractura del tejido muscular responde a otro problema. Es consecuencia de un problema inflamatorio adyacente, por ejemplo, y aparece como defensa. El organismo decide establecer una coraza haciendo que el músculo esté más duro. Pero al estar más rígido, esta defensa pasa a convertirse en problema añadido.

El objetivo del tratamiento en la contractura muscular es devolver al músculo sus capacidades de contracción, estiramiento, tono, control…

Rotura fibrilar o rotura muscular

La rotura fibrilar es la lesión con daño anatómico del músculo. Son frecuentes en el ámbito deportivo. Aparecen sobre todo en músculos largos, que actúan sobre más de una articulación. El bíceps femoral, recto del cuádriceps, gemelos y bíceps braquial son músculos que suelen sufrir roturas. Las roturas fibrilares se clasifican en 3 grados:

  • Grado I: Rotura fibrilar. Es la más frecuente. Se produce una rotura microscópica a nivel de las fibrillas musculares. Puede acompañarse de rotura de capilares apareciendo hematoma. El paciente refiere dolor violento, descrito habitualmente como “una pedrada” y se acompaña de impotencia funcional.
  • Grado II: Rotura parcial. En esta lesión el número de fibras rotas es mayor, aunque se conserva la integridad total del vientre muscular. En ecografía se aprecia tanto la rotura como un hematoma intramuscular.
  • Grado III: Rotura total. Supone la rotura de todo el músculo, separándose ambos extremos que se retraen. Se acompaña de intenso dolor, deformidad e impotencia funcional completa. Estas lesiones requieren intervención quirúrgica para suturar los extremos del músculo roto.

Puntos gatillo miofasciales (trigger points)

El Síndrome de Dolor Miofascial es un trastorno no inflamatorio que se manifiesta por dolor localizado, rigidez y cuya característica primordial es la presencia de puntos gatillo. Podemos pensar en este síndrome como una frecuente forma de expresión clínica, en la que el músculo es el origen principal de las molestias del paciente.

El Síndrome de dolor miofascial tiene tres componentes: una banda palpable en el músculo afectado, un punto gatillo y el patrón característico de dolor referido.

Los puntos gatillo pueden afectar a cualquier músculo. Tienen predilección por los que se encuentran en cuello y cintura escapular. Cualquier inflamación, traumatismo agudo, traumatismos de repetición, exposición al frío y otros factores estresantes musculares pueden desencadenar mecanismos patogénicos, los cuales dan origen a que la fascia, el músculo que contiene y en ocasiones otros tejidos conjuntivos flexibles y elásticos vecinos, pierdan su elasticidad. Con ello la fascia y el músculo se acortan y duelen, generando en una zona del mismo, una banda tensa en cuyo interior alberga un punto hiperirritable, el llamado «Punto Gatillo».

El dolor por puntos de gatillo miofaciales fue descrito por primera vez por Travell y Simons en 1952.

Son múltiples las técnicas de fisioterapia aplicables al Síndrome de Dolor Miofascial: compresiones isquémicas, técnicas de energía muscular, punción seca, técnicas de inhibición,…


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Liberación miofascial

La Inducción o Liberación Miofascial es un concepto de tratamiento de las lesiones del aparato locomotor, a base de técnicas de evaluación y tratamiento, de compresiones manuales tridimensionales sostenidas a través de diferentes niveles de movimientos corporales en todo el sistema fascial, con el objetivo de eliminar las limitaciones funcionales. La eliminación de las restricciones pretende restablecer el equilibrio corporal, eliminar los síntomas dolorosos y recuperar la alterada función del aparato locomotor.

Considerando que el recorrido de la fascia es anatómicamente continuo, determinados cambios estructurales en una determinada parte del cuerpo puede generar restricciones en las partes distales.

Este cambio estructural de la fascia llamado «disfunción miofascial» puede producirse por diversos traumatismos de origen mecánico o emocional, de origen intrínseco o extrínseco como, por ejemplo, un golpe, una caída, una intervención quirúrgica, una menstruación dolorosa o una postura inadecuada.

La disfunción miofascial no tratada correctamente y a tiempo, puede llevar al paciente a un círculo vicioso de tensión y espasmo muscular produciendo una disfunción orgánica y el dolor.

En OSTEON Alaquàs Centro de Fisioterapia utilizo diversas técnicas dirigidas al tejido fascial, aunque desde un punto de vista de razonamiento clínico más amplio que lo que supone el abordaje clásico de la inducción miofascial. Pienso que muchos de los principios de la inducción miofascial no cumplen los requisitos suficientes de evidencia científica como para justificar una praxis acertada y respetuosa hacia el paciente, y combino dichas técnicas diagnósticas y terapéuticas con otras a las que la investigación en fisioterapia da un mayor aval.