Los síndromes de dolor músculo-esquelético rara vez son causados por acontecimientos aislados, como un determinado traumatismo. Generalmente, los movimientos habituales y las posturas mantenidas juegan un rol importante en el desarrollo de desórdenes del movimiento, también llamadas disfunciones de control motor.
Son varias las situaciones clínicas en las que el componente de disfunción de control motor contribuye de forma predominante en la patología:
El reclutamiento muscular, es decir, el orden, velocidad e intensidad con la que los diferentes grupos musculares se activan para desarrollar los movimientos, está modulada por el Sistema Nervioso Central, influenciado por las aferencias propioceptivas y factores psicosociales. En un estado de dolor, existe evidencia científica que demuestra la presencia de cambios significativos relacionados con el reclutamiento muscular y las estrategias de control motor:
Es labor del fisioterapeuta la restauración del control motor, ya que un movimiento defectuoso puede inducir patología (no solo ser el resultado de ella), repercutiendo a varios niveles. Las técnicas de control motor mejoran la estabilidad articular a un nivel funcional, equilibrando las acciones musculares durante el movimiento.
El modelo de los desequilibrios musculares de V. Janda ofrece una visión funcional y operativa del conjunto de manifestaciones físicas que acontecen con el desacondicionamiento físico a nivel muscular. Se basa en la distinción entre músculos posturales y dinámicos, y a su diferente respuesta ante el estrés, la disfunción, la tensión.
El comportamiento de cada grupo de músculos en relación con un desacondicionamiento físico vaa ser distinto:
Agrupando por su localización estos músculos se deducen los síndromes característicos de la zona cérvicoescapular y la zona lumbopélvica, llamados síndromes cruzados superior e inferior.
El objetivo del tratamiento de los desequilibrios musculares consiste en restablecer la longitud, la fuerza y el control de la función muscular. Conociendo la naturaleza de cada grupo muscular, y valorando su respuesta ante la disfunción, el tratamiento de dicho músculo se basa en ejercicios basados más en el estiramiento y las técnicas para rebajar el tono muscular (músculos posturales), o el fortalecimiento (músculos fásicos).
En el caso de que estos desequilibrios musculares se relacionen con una disfunción de estabilidad, las técnicas más específicas de control motor deben ser seleccionadas por el fisioterapeuta según el caso.
Responden a la disfunción / tensión con facilitamiento, acortamiento e hipertonía.
Responden a la disfunción / tensión con inhibición, hipotonía y debilidad (denominada pseudoparesia por Janda).